CORTESÍA DE JESÚS TEPEPA

EN la antigua Grecia –cuna de las civilizaciones así como artes, según expertos–, las escenificaciones teatrales llevaron el nombre de histrionismo, aquellas representaciones con rostros cubiertos que llamaron personas, de ahí el derivado de personajes ataviados con caretas denominadas máscaras: todo ello sobre un escenario… A través de los siglos no existen demasiadas variantes, el teatro continúa siendo mágico, embelesante como la puesta “Los Locos Suárez”, protagonizada precisamente por los señores Héctor Suárez, padre e hijo.
La temporada se prolongará en el Teatro NH de la Zona Rosa para posteriormente presentar el terrorífico “Carrie”, producido por el señor Sergio Arroyo, quien ofrece diversos conceptos en relación a esto.
“Presentar teatro en México es una apuesta, desde luego también negocio porque es dar arte, apostar a mentes creativas porque no hay nada exacto; intervienen muchos factores para un éxito, por ejemplo si hace frío, si llueve, en fin…”.
Ser ganador en el arte histriónico teatral no es fácil ni mucho menos siendo productor.
“Depende de lo que sea ganar, hay que ver la obra, de qué trata porque e nivel producción donde se gana es en las giras; pocas obras logran durar años, no sabemos la fórmula precisa para atrapar al público”.
Ahora, acerca de “Los Locos Suárez”.
“Es un stand upo con padre e hijo platicando experiencias, han tenido mucho éxito, de ahí que se prolongue, es una gran puesta porque se ve parte diferente a lo que se conoce de ellos”.
Lo que menos necesita el teatro nacional son conflictos.
“Desde luego, por eso se llegó a un acuerdo para extender el espectáculo y ya después entrar con ‘Carrie’, quienes vivieron ese impacto de cine hace años ahora tendrán la oportunidad de verla en vivo y así todos salimos ganando”.
Después de la risa llegará el terror en una apuesta por el arte.