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6, febrero 2016 - 22:23

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POR HORACIO SOTO CASTRO

Con un andar cansino el matador Sebastián Castella, tal vez por los dolores que todavía sentía después de la cornada que sufrió en el escroto la noche anterior en la Plaza México, salía del hotel con rumbo a la clínica del doctor Rafael Vázquez Bayod, que lo iba a revisar.

Antes de otra cosa dijo que con la actuación de la México terminaba sus compromisos en México y canceló la corrida que tenía para hoy en Autlán de la Grana, Jalisco por el percance.

A pesar de lo serio que es el matador francés, en su rostro se traslucía la felicidad que le embargaba y sus ojos verdes lo delataban pues daba la impresión que sonreían al hablar por el triunfo que obtuvo en la Plaza México la víspera en la corrida del 70 aniversario.

La pregunta obligada era el porqué no se fue a la enfermería después de la cornada y porqué regresó matar a su segundo y regalar el que desorejó.

“No quería irme sin triunfar en la Plaza México -expresó Castella- pues era una fecha significativa para la plaza y para los aficionados, pero muy especial para mí y para mi carrera. El público deseaba un triunfo porque el festejo iba cuesta abajo y había que cumplirle”.

Señaló que ese primer toro tenía sus complicaciones y peligro y que en cualquier momento le iba a hacer daño y así fue. Y su segundo tenía calidad, nobleza, pero poca fuerza y se quedó parado y por ello decidió regalar uno.

Fue Seda de Oro, de la ganadería de La Joya, melocotón de pinta, muy alto, zancudo y con unos pitacos así de grandes.

“El toro tenía movilidad, mucho recorrido  y aguantó muchos muletazos. No tenía calidad, pero por momentos humillaba. No fue la faena limpia que yo esperaba -apuntó Castella- pero entusiasmó a la gente y que yo disfruté mucho. Fue una faena de entrega por mi parte y por ello la gente se entregó y también disfrutó la faena y salió contenta de la plaza”.

El toro no era de indulto, pero sí se prestó para el lucimiento y hacer que el público se emocionara.

Después de que lo sacaron a hombros de la plaza regresó a la enfermería donde estuvo un buen tiempo ya que la gente quería tomarse fotos y los consabidos autógrafos.

Sebastián Castell dijo que descansará unos días y empezará a prepararse para la temporada española que está por llegar.

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