PUEBLA.- Después de una semana intensa, que incluyó un largo viaje hasta Argentina para afrontar el juego de vuelta ante Racing y una visita a Pachuca en actividad de la Liga MX, el Puebla regresó este martes por la tarde al entrenamiento, con vistas al partido contra Dorados, pero lo hizo a puerta cerrada, con la idea de curar la herida que le causó la goleada ante los Tuzos.
El equipo poblano realizó trabajo de gimnasio y este miércoles volverá a laborar en cancha, en las instalaciones de Los Olivos, para afinar detalles para recibir al cuadro que ahora dirige el “Profe” Cruz, en un duelo trascendental por aquello del porcentaje.
La campaña pasada el equipo sinaloense sorprendió a los blanquiazules, sin embargo, Puebla no puede permitirse otro yerro porque de hacerlo le daría un poco de vida a un contrincante ante el que no debe mostrar piedad.
Y es que lo que menos quiere el equipo camotero es revivir una experiencia como la del año anterior, cuando, dirigido por José Guadalupe Cruz, tuvo que esperar hasta la última jornada para sellar, no sin dramatismo, su lugar en la Primera División. (Omar Rodríguez T/ESTO Puebla).