POR ABIGAIL PARRA
FOTOS: ÓSCAR RAMÍREZ

NADIE entrena ni trabaja para una derrota. En el presupuesto de un equipo siempre está el ganar, pero a veces, ese objetivo recae en automático en una escuadra, por lo que una sorpresiva caída repercute más en un proyecto que comienza a mostrar fuertes fracturas.
La Selección Femenil arribó anoche a la Ciudad de México, su eliminación del Preolímpico de Concacaf agarró “en curva” a más de uno, por lo que en medio de confusión, los boletos para retornar fueron complicados de conseguir; sin embargo, al final de cuentas el tricolor logró subirse a un avión y todo el equipo completo, jugadoras, cuerpo técnico y útil iría pudieron viajar juntos.
Todas cabizbajas, Nayeli Rangel en muletas y una férula en la rodilla derecha; hoy será evaluada. Los golpes de la última batalla, ante las ticas, aún estaban presentes, pues el quedar fuera de la búsqueda de un pase a los Olímpicos no era esperado por nadie: “Es una eliminación dolorosa. Fue un grupo maravilloso el que he tenido para competir. Inexplicablemente perdimos contra Costa Rica y no pudimos lograr el objetivo”, comentó Leonardo Cuéllar.
El entrenador del combinado Azteca ha sido el blanco de críticas y voces que piden su separación de la Femenil, situación que no molesta a Cuéllar, pues reconoció que en el plano actual el balompié rosa tiene más obligaciones: “Es sano exigir, aunque a veces habría de tener un poco más de profundidad el análisis y los argumentos”.
Eso sí, la evaluación y decisión sobre el futuro de Leo ya está en acción y es el mismo técnico quien se coloca en el blanco para que se pueda obtener la mejor conclusión en beneficio del proyecto de Selección Femenil.