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19, febrero 2016 - 16:29

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POR ALEXIS GRIVAS

ENVIADO ESPECIAL DE OEM

PRESENTACIÓN DE UNA INTERESANTE Y AUDAZ PELÍCULA FILIPINA DE 7 HORAS DE DURACIÓN

BERLÍN.- Mientras que el festival se enfila hacia la meta final con la proclamación del palmarés el sábado próximo, la competición se realzó de manera muy significativa a raíz de la presentación en ella de “La comuna”, el último filme del danés Thomas Vinterberg.

El cineasta regresa a la Berlinale después de “Submarino”, presentado en 2010 mientras que las películas que le dieron fama internacional como “Festen” (Fiesta familiar) en 1998 y “La caza” en 2012  fueron estrenadas en el festival de Cannes.

Vinterberg retoma aquí temas más personales cercanos a los tratados en Festen  y lo hace de manera magistral reuniéndose con actores como  Trine Dyrholm y Ulrich Thomsen con quienes había trabajado en aquella tan importante película.

Ellos interpretan los papeles principales, la pareja de una presentadora de noticias en la  televisión y de un arquitecto tratando en su meollo el cómo ella pierde su lugar en la familia a la vez  que la adolescente hija de ellos adquiere sus primeras experiencias adultas.

Todo esto sucede en el contexto de una comuna en Copenhague, cuando la pareja al heredar una gran casa invita a sus amigos de vivir con ellos. Esta forma de convivencia, justamente conocida como “La comuna” que tuvo su apogeo en Dinamarca en los setentas y los ochentas está presentada aquí con una autenticidad que seguramente no es ajena al hecho que el mismo director vivió con sus padres en una comuna de los 7 a los 19 años….

Aunque el mismo pone en claro que lo desarrollado en el guion de la película coescrito con su colaborador Tobias Lindholm no es estrictamente autobiográfico, el tacto y la sensibilidad con que la película está dirigida tiene seguramente que ver con las experiencias de Vinterberg a lo largo de sus años formativos en la comuna.

Si la película resulta  una brillante demonstración del potencial del director las interpretaciones de todo el grupo de los actores son otro tanto excelentes demostrando además la capacitad de Vinterberg de “conectar” con sus intérpretes, algo que se hacía patente desde “Festen”, donde  se trataba igualmente de un considerable grupo de actores con los que el director logró crear un excepcional y convincente ambiente en aquella película rodada bajo las reglas del “Dogma” lanzado entre otros por Lars von Triers y que exigía la utilización del mínimo estricto de técnica-iluminación, movimientos de cámara etc., en la elaboración de los filmes.

Mucho tiempo ha pasado desde los noventas, el Dogma pertenece ya a la historia del cine, pero mientras tanto Vinterberg sigue siendo uno de las mejores exponentes del cine mundial, ensayándose con desigual  suerte es cierto en varios estilos y temáticas pero sin duda avanzando de película a película, llegando a ofrecernos hoy su filme quizás más personal y maduro.

No me cabe duda que el jurado, liderado por Meryl Streep, será sensible tanto a la prestación de todo el grupo de los intérpretes como al trabajo de Vinterberg como director y coguionista y quien a mi parecer podría fácilmente aspirar por lo menos a un Oso de Plata como mejor director a la hora de la premiación.

No diría yo otro tanto del resto de las películas en competición estos dos últimos días: “Contracorriente” del chino Yang Chao resultó un ambicioso y poético pero caótico viaje en el emblemático rio Yangtze, de un capitán de marina mercante quien a la muerte de su padre va a la búsqueda tanto del espíritu de su progenitor como de una eventual compañera para el mismo….

Mientras que “Noticias del planeta Marte” no estuvo a la altura de la inspiración y de los logros en el terreno surreal demostradas por el cineasta francés Dominik Moll en sus películas anteriores a partir del año 2000, cuando fue revelado en Cannes con su prometedor segundo filme “Un amigo quien quiere ayudar”, seguido por “Lemming” en 2005.

Lo que sí merecería mención aparte es el inusitado hecho de la presentación en competición de un largometraje filipino de 7 horas de duración… La proyección empezó ayer a las 09:30 horas y concluyó a las 17:30 incluyendo un corte de 60mns….

Se trata de la película “Una canción para un triste misterio”, dirigida por Lav Díaz. Este título casi a la manera de Gabriel García Márquez, tiene algo similar a “Cien años de soledad”, donde a través de un espacio largo de tiempo y con un estilo cercano al “realismo mágico” del escritor colombiano pero a la manera filipina, Díaz se da a la búsqueda de la suerte y de quien fue en realidad Andrés Bonifacio y del Castro, a quien se considera como un prócer de la patria por su lucha por la independencia de las Filipinas de los colonizadores españoles. Mitología, hechos reales y un sentido muy elaborado y documentado de la historia se mezclan en una película que merece sus siete horas de duración.

La decisión del director del festival  Dieter Kosslick y de su equipo de dar cabida a una película de estas características en la competición habla por sí de los riesgos que tradicionalmente está dispuesto a asumir este certamen fílmico.

Por otro lado y para contextuar el cine de Diaz, cuyos filmes no son de los que fácilmente llegan a las salas de exhibición comerciales, sus películas anteriores se han estrenado y ganado premios tanto en Locarno en 2014 (Leopardo de Oro para  “De lo que era antes”,  de 4 y media horas de duración) como en la misma Berlinale en la sección Forum en 2000 (Desnudos bajo la luna).

El alcance del festival le permite pasar con facilidad de la Filipinas a África en un solo día, como el de ayer, en el que el World Cinema Fund, la sección del certamen que apoya con fondos la producción proyectos eleccionados provenientes de países de escasos medios para la producción, se dedicó a presentar proyectos de países de África en busca de coproductores.

Similar  es la tarea del Berlinale Coproduction Market que opera dentro del marco del Mercado Europeo del Filme (EFM) completado por las actividades del Berlinale Talents al que acuden jóvenes cineastas recién egresados de sus estudios cinematográficos, buscando aquí capacitación bajo la orientación de renombrados representantes del cine mundial.

Dentro justamente de este contexto las actividades mexicanas fueron muchas y variadas en estos dos últimos días.

El Imcine patrocinó la comida oficial con la que el EFM lanzó el foro sobre los documentales (Doc Industry) mientras que el cineasta nacional, premiado aquí por su Lake Tahoo en 2008  Fernando Eimbcke condujo la mesa redonda sobre guion para los alumnos del Berlinale Talents. Eimbcke participa también en el Berlinale Coproduction Market con su nuevo proyecto desarrollado a lo largo de unos meses el año pasado en su cualidad de becario del programa Berlinale Residency.

Más destacado talento mexicano intervino aquí en las mesas redondas de las secciones mencionadas. Michel Franco, miembro del jurado oficial para la primera película, se reunió con su coproductor y director Gabriel Ripstein (premio a la primera película en 2014 aquí por 600 millas), especialmente invitado para ofrecer juntos una charla a los alumnos del Berlinale Talents sobre su modo de trabajar juntos alternándose en los papeles de realizador-productor.

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