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Mira

20, febrero 2016 - 21:59

┃ ESTO

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MONTERREY.- Cuando se conjugan aciertos, errores, una escuadra que nunca renuncia al ataque pese a estar abajo en el marcador y un equipo imparable, con 18 puntos en sus alforjas, y que funciona como una trituradora al contar con grandes jugadores, se da un resultado como el de este sábado en el estadio BBVA Bancomer, donde Rayados goleó a Veracruz 5-1. Por si fuera poco, el equipo de Antonio Mohamed también rompió su propia marca de más partidos con al menos un gol anotado de manera consecutiva.

Monterrey funciona como un relojito, en el que cada una de las partes sabe su función y aquellos que tienen que marcar diferencia lo hacen en el momento preciso. Los hombres de ataque del cuadro regiomontano, líder absoluto del Clausura 2016, son más que letales. Cada arribo del equipo norteño a la meta del Veracruz tenía aroma de gol y desde muy temprano empezó a probar a Melitón Hernández y con ello empezó el desfile de las estrellas rayadas: Primero fue Rogelio Funes Mori, quien con base a desbordes, llegó al fondo del área de Hernández, sacó centro que Paganoni no atinó a despejar bien y el balón se estrelló en Rodrigo Noya, ante la presión de Carlos Sánchez, y de autogol convirtió el primero de la noche.

Veracruz no dobló las manos y otro error y acierto se conjugaron: Jonathan Orozco se vistió de villano, dejó un balón suelto en su área y Villalva aprovechó para el empate.

Entonces, como aquella banda que se siente herida y busca venganza, Pabón, Cardona, Funes Mori, Ayoví y Sánchez buscaron y encontraron a quien se las hizo y empezó a deshacerlo poco a poco

Rogelio anotó al estilo “Panenka”, ante la cara de decepción de Melitón; después una genialidad de Pabón terminó con un tiro cruzado de Édgar Castillo; y por si faltara poco antes de irse al descanso, Cardona ensayó riflazo de derecha que se anidó en la meta del Tiburón. Un 4-1 que reflejaba la superioridad de rayados, pero no el dominio total sobre Veracruz, que también tuvo para acortar distancias, pero no tuvo ni el tino ni la suerte deseada.

El complemento inició a tambor batiente también. Apenas habían transcurrido 7 minutos cuando Sánchez sirvió a Pabón en descolgada y éste metió disparo y Noya desvió para que el balón visitara las piolas del marco escualo por quinta ocasión.

Después vinieron una serie de contras que no pudieron ser concretadas, pero que levantaron al respetable y encendió un estadio que vive una comunión inigualable con su escuadra, que es líder absoluto, que la próxima semana visita a Cruz Azul y en 15 días jugará el Clásico Norteño contra los Tigres, nada más. Veracruz no puede ganar en el torneo, pero ayer, al menos vendió cara la derrota, porque nunca bajó los brazos, pese a ser vapuleado en el marcador por el cuadro dirigido por el Tony Mohamed.