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21, agosto 2014 - 21:38

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POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA
ENVIADO DE OEM

NANJING, China.- México continúa dando batalla en los Juegos Olímpicos de la Juventud y esta vez el escenario que vio izar la bandera nacional fue el salón F del mega Centro Internacional de Exposiciones, el cual se ubica entre la Villa Olímpica y el estadio Olímpico.

La representante de México, Ana Lilia Durán Ayón, obtuvo medalla de plata en la disciplina de halterofilia, en los 63 kilogramos, logrando un hecho sin precedentes para la nación en este deporte y con lo cual se rebasó ya la cantidad de medallas de plata obtenidas en la edición pasada en Singapur (una de plata y cinco de bronce).

Aún Lilia hizo vibrar con su participación, con base en una estrategia muy buen estudiada, por lo que no fue sorpresa que la bajacaliforniana haya ganado la presea plateada. Además, consiguió seis intentos limpios, ningún fallo, lo cual merece doble reconocimiento, ya que de las ocho participantes, sólo ella pudo levantar la barra impecablemente, en comparación con el resto, que sufrió fallos en ambas pruebas.

EJECUCIÓN Y ESTRATEGIA
Inició Ana Lilia el arranque con 85 kilos, cuidando desde el comienzo su estrategia de acuerdo con el trabajo de sus contrincantes, y le sirvió. Cargó 88 en su segundo intento y concluyó con 90 sin ningún inconveniente. Desde ese momento ya se palpaba que el final sería fenomenal. En envión la bajacaliforniana abrió con 125 kilos en la barra, llevando al pie de la letra las instrucciones de su entrenador cubano, José Manuel Zayas; 118 kilos levantó en su segundo intento, segura en la ejecución, y aunque pudo haber metido más peso a la barra para el cierre, concluyó con los 120 que estaban estipulados, y de acuerdo con los fallos de sus rivales. Finalmente consiguió 210 kilogramos, con lo cual obtuvo la medalla de plata, producto de un trabajo y estrategia estupendos.

No se guardó su emoción en lo más mínimo, y no era para menos. Ana Lilia Durán explotaba de alegría, estaba consciente de que ese había sido el plan y haber conseguido la medalla de plata con base en un trabajo muy bien planificado, aunado a una concentración de cinco meses, no era para estar seria ni hacerse la humilde, en el buen sentido de la expresión.

La halterista de Baja California brincaba de la emoción, agradeciendo a su esfuerzo los resultados y observando desde ahora un futuro importante en las pesas.

“Estoy muy contenta con la plata, he luchado mucho durante bastante tiempo para estar en el podio, he levantado lo que me pongan, en realidad es muy emocionante”, palabras de Ana Lilia, quien fue entrevistada por ESTO en la zona mixta al concluir la competencia. En sus manos sujeta a LeLe, una mascota de peluche, y en su pecho cuelga la presea plateada.

-¿Qué fue lo que más disfrutaste?
“Haber dado mis pesos y hacer las cosas como el entrenador me lo indicó, significa mucho para mí. Llevamos a cabo una estrategia muy buena, ya que se me había ido por delante con cuatro kilos la competidora de Mongolia (Ankhtsetseg Munkhjantsan -en serio, así se llama) pero falló en su intento, y aunque ya tenía el bronce seguro, con esto pasé a plata. Cuando le llegué a 120 kilos en mi último intento, sabía que tenía asegurada la victoria”.

-¿En algún momento sentiste que la medalla se te escapaba?
“En el arranque estaba muy nerviosa, sé que soy fuerte y mi entrenador me lo reiteró, me dio confianza para ganar”.

-¿Cinco meses de concentración valieron la pena?
“La verdad es que sí, estoy muy contenta. Y en un par de días ya podré ver a mi familia y a mis amigos ¡Estoy muy contentísima!

-¿Qué se siente ver izar la bandera de México en una competencia de esta magnitud?
“Sentí muchas ganas de llorar, la emoción me invadió por completo. Jamás pensé llegar tan alto, en unos Juegos Olímpicos una plata significa bastante”, concluyó.

Ana Lilia resume su medalla en tres palabras: sacrifico, empeño y amor, lo cual ha sabido entender para llegar hasta este momento.