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Mira

23, agosto 2014 - 19:35

┃ Omar Delgado

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POR LUIS GARCÍA OLIVO
FOTOS: JESÚS TÉLLEZ

YA echa humo…

Si bien las calderas de La Máquina no ardieron a su máxima capacidad, sí prendieron para ofrecer indicios de mejora en busca de recuperar lo perdido, pues con plausible actuación volvieron a ese futbol que da dividendos y que sirvió para encarrilarse en el riel de la confianza, orgullo y garra para reencontrarse con el triunfo y su afición.

La victoria de La Máquina fue de 2-1 sobre el Querétaro que reflejó el hambre de recomponer el camino tanto en la Liga como en la Conachampions, por lo que desde el comienzo fueron en busca del bálsamo de la tranquilidad, toda vez que “tocaron fondo”; por ello, hoy no cabía otro resultado más que la victoria, misma que vale más que tres puntos, pues resultó ser un golpe directo para elevar su autoestima en busca de corregir su presente y más que se avecinan las Chivas.

Aunque fueron alcanzados en el marcador, los Celestes nunca claudicaron en busca de las tres unidades, y mediante Joao Rojas dieron un golpe de autoridad a los dirigidos por Ignacio Ambriz que llegaron al Azul con la intención de salir con el botín, pero a la postre resultaron arrollados por una Máquina que poco a poco acelerará…

EL JUEGO

Con la resaca de haber caído en Panamá, La Máquina no tuvo de otra más que redimirse ante los suyos.

Y así fue desde el comienzo, pese a que cayó en los baches de la intermitencia, cual reflejo de la lluvia que azotó una vez más al Azul.

La Máquina encontró muy rápido en el encuentro la llave para abrir el marcador. Yasser Corona cometió falta dentro del área sobre Mariano Pavone y el silbante señaló penalti. Rogelio Chávez fue el encargado de cobrar y colocó la pelota al ángulo inferior izquierdo, para pitar apenas a los nueve minutos.

Dicho tanto emocionó a los celestes, que vieron poco a poco cómo los de Ambriz les ganaron espacios y hasta la pelota, por lo que se encontraron con su buen futbol y el tanto de la igualada. Bernardello perdió un balón en medio campo, el cual aprovechó Camilo Sanvezzo para dejar atrás a dos rivales, disparó y silenció un Azul que no vio lo duro sino lo tupido, pues la lluvia empapó a medio mundo.

Sin quedarse con los brazos cruzados, los de La Noria estuvieron cerca de ponerse en ventaja nuevamente; sin embargo, Edgar Hernández hizo una gran atajada después que Mariano Pavone lo intentó a escasos metros de la cabaña. En contraparte, Danilinho contestó y Corona recostó a la perfección para negarle el salirse con la suya.

Para el complemento, las calderas de La Máquina prendieron aún más, la velocidad fue mayor y apretaron en el riel del triunfo, pese a las indiscreciones del rival. El maquinista, Luis Fernando Tena, no dejó de dar órdenes y con la entrada del “Chaco” se ilusionó el recorrido.

Así que en breve se escuchó el nuevo y definitivo pitido que les dio los tres puntos, esto al minuto 76, pues Mario Osuna intentó despejar un esférico dentro del área, pero le salió pase a Joao Rojas quien con un cabezazo mandó la redonda a la red. Locura total en el paisaje y los tripulantes de la Locomotora.

El contrincante quiso impedir la victoria, apretó y por poco Othoniel Arce empataba, pero su remate pasó desviado. Ambriz echaba lumbre y Tena celebraba el fin de la contienda, ya que pese a encontrar momentos álgidos, se reencontró con el triunfo y con la confianza en espera de enderezar completamente el trayecto de una Máquina que aspira a ser avasallante.
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