POR MANUEL GÓMEZ C.

ENVIADOS ESPECIALES

PUEBLA.- Cuando parecía que el Puebla se llevaría el triunfo, luego de la ventaja tempranera que consiguió por medio del “Hobbit” Bermúdez, en el segundo tiempo mostró otra cara, le cedió el balón al Veracruz, que con base a su constancia y perseverancia logró el empate a 1-1, con el tanto de Furch, en partido que terminó vibrante, con la expulsión de Noya, pero el Tiburón sigue sin ganar en el actual torneo.

EL PARTIDO

Las circunstancias obligaban al Puebla a manifestarse como tal en su propio terruño y ante su público, y en honor a la verdad, sus hombres así lo hicieron, porque empezaron con el balón en su poder, frente a unos veracruzanos, quienes apenas se estaban acomodando en la cancha, cuando la Franja los sorprendió a los cuatro minutos de acciones, por medio del “Hobbit” Bermúdez, quien abrió el marcador, ventaja que les dio confianza, y a partir de entonces se hicieron del balón.

Frente a los hechos, el arponazo al Tiburón provocó descontrol en sus hombres, quienes a pesar de su esfuerzo, no era suficiente frente al poder ofensivo que mostraban los de casa, con un Flavio Santos inspirado, mientras que el “Hobbit” Bermúdez y Alustiza se unían al frente en busca de sorprender, y en su media cancha Valdez, el “Macue” Robles y Toledo, construían una muralla que impedía que los jarochos trataran de hacer de las suyas, aunque en este lapso, ni Vera ni Villalva, por el lado izquierdo, y Meneses y Paganoni por el derecho, eran capaces de ofender, y todo quedaba en simples aproximaciones.

Puebla era amo del balón, frente a un Veracruz que no presionaba, le cedía todo a los de casa, que persistían, que eran constantes sobre la portería del “Matute” García.

Alustiza, con su caracoleo, y Flavio, con sus apariciones por los costados y por el centro, mientras que Gutiérrez con sus arribos por el lado izquierdo, intentaban tener profundidad ante un Tiburón carente de fuerza y coordinación en sus líneas.

Si en el primer tiempo, el Puebla controló y se adueñó del balón, para el segundo, su fisonomía fue otra, porque le cedió el terreno a los visitantes, que constantemente lanzaban latigazos en busca de hacer daño.

La Franja no tenía conexión en sus líneas, ya le había cedido el terreno a los visitantes, que para entonces hilvanaban acciones de gol, y ahora el Veracruz con Lugo y Esqueda le dieron fortaleza a su equipo, y entonces Furch, Andrade  y Peñalba, quienes en el primer tiempo no se encontraban, a pesar de su esfuerzo, ahora, eran incisivos y peligrosos.

Puebla estaba replegado.

Marini hizo ajustes: mandó a Roberto Juárez y a Damián Escudero, la idea fue reforzar la línea defensiva, pues el Tiburón amenazaba con sorprender, pues cada avance era peligroso.

Este segundo tiempo fue intenso, sobre todo de parte del Veracruz, que tenía el balón y construía avances en busca del empate, ante un Puebla que dio la impresión de conformista y cederle todo al rival.

Veracruz con mucha gente en la media cancha, dominó el partido, y entonces paseaba el balón a su modo, hasta lograr el empate por medio de Furch, quien hizo el 1-1, situación que cambió nuevamente el rostro de la Franja, pero el tiempo ya agonizaba, y en los minutos finales, Noya fue expulsado por doble amarilla, mientras que La Franja intentó reaccionar, pero el disparo de Escudero se estrelló en un poste y aquel remate de Orrantia salió desviado.