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7, marzo 2016 - 11:26

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Notimex.- Mariana Juárez vivió en carne propia la discriminación cuando comenzaba su camino en el boxeo profesional, lo que la motivó para ser una de las mejores de México, y aunque mucho ha cambiado esa situación aseguró que aún falta para que el pugilismo femenil sea reconocido como debe ser.

A sus 18 años debió soportar insultos y faltas de respeto en el gimnasio solo por ser una mujer con deseos de aprender boxeo, en una ciudad de México donde el pugilismo para damas no estaba permitido –su debut fue en Guadalajara- y quienes acudían a verlas era por morbo, mientras ellas cobraban “sueldos insignificantes”.

“Le echaba ganas, me daban una golpiza y ahí estaba al otro día, aguantando, era un sacrificio pero quería aprender el boxeo elegante y técnico y nos menospreciaban, dolía pero eso nos enseñó a ser más fuertes y seguras, trabajar más y lograr lo que nos proponíamos”, dijo en entrevista con Notimex.

Mientras entrena en el Fit Center, en la delegación Benito Juárez, la popular “Barby” puntualizó que ella y sus compañeras han trabajado para romper tabúes y demostrar que pueden destacar con los guantes, aunque no entiende por qué el sueldo de ellas es menor que el de ellos.

“No entiendo como un promotor te dice es que las mujeres no jalan tanto, por eso no te pagan como a un campeón”, aunque en diversas ocasiones las de “guantes rosas” llevan más gente a las arenas, “no entiendo, que se quiten eso de la cabeza”, aseveró.

Sobre el tema de los salarios abundó que “se puso una tarifa de no menos de 20 mil dólares para pelea de título, pero no se respeta, muchas veces te dicen que el box femenil no gusta, pero somos las que estamos acaparando las pantallas, lo vas viendo en la reacción, dónde tienen la mirada puesta”.

Antes de celebrar el Día Internacional de la Mujer este martes, Mariana Juárez aseveró que su carrera no ha terminado y que busca un nuevo título mundial para retirarse como campeona, feliz de lo que ha conseguido.

“Cuando las niñas dicen que quieren ser como yo es cuando te das cuenta de lo que has hecho”, manifestó la deportista, quien arriba del cuadrilátero es una “fiera” en busca de triunfos, pero abajo “soy todo amor y tranquilidad”, protectora de su familia y orgullosa de lo que las mujeres pueden lograr si lo desean.

“Que nunca dejen de trabajar, ser mujer a veces es difícil. Mi hija me ha dado bastante, por ella no me rindo, le echo ganas, de sexo débil no tenemos nada, somos muy fuertes y lo hemos demostrado, hay que seguir trabajando y salir adelante”, sentenció.