Con la tecnología de Google Traductor

Mira

8, marzo 2016 - 10:37

┃ ESTO

Nota-Fut-Cuauhtemoc Blanco

CORTESÍA DE GIANNA SIERVO

 

LA imagen pública es tan determinante que bien llevada puede convertir a actrices y deportistas en alcaldes, diputados y hasta primeras damas, y no lo estoy mencionando únicamente porque vamos a leer de Cuauhtémoc Blanco. Lo refiero porque es cierto.

Logramos que los demás sientan una vinculación con nosotros a través del correcto uso de estímulos que transmitidos con coherencia posteriormente alcanzarán una percepción compartida que provocará una respuesta colectiva unificada dirigida a nuestros objetivos. Esto es imagen pública.

Ahora bien, analicemos a Cuauhtémoc Blanco, un exjugador de futbol que logró crear vinculaciones tan fuertes con la audiencia que ganó una presidencia municipal; no ganó por su trayectoria política, porque ésta no existía.

La conexión de las audiencias con este exfutbolista ha sido tan exitosa que lo ha llevado a donde, estoy casi segura, él no imaginó; por medio del uso de estímulos que reiterativamente el jugador ha transmitido: talento extraordinario para el futbol, carisma, identificación con “la banda” al ser tan sencillo que su esencia brillaba de una manera coherente cuando se le percibía y creador de jugadas emblemáticas; signos que le han aportado juicios de valor incuestionables para su imagen.

Creo que en la tarde del sábado, en el homenaje del América al jugador, fui de las pocas personas que vio a un Presidente Municipal jugando futbol; la imagen del futbolista exitoso, de pueblo y carismático sigue impregnada en la mente de sus audiencias.

¿Por qué sucede esto?

La mente humana decide mayoritariamente basada en sentimientos, es vital el papel que juegan las emociones en el proceso de persuasión que hace que se tomen decisiones de manera rápida sin detenerse a procesar lo que se elige de una manera racional y la política mexicana es ejemplo de esto.

¿Pero qué paso, en cuestión de imagen pública con Cuauhtémoc Blanco el sábado?

El futbol tiene la particularidad de crear estímulos muy fuertes de alegría, unión, de agrado y máxima exaltación emocional; entusiasma a adultos y niños, personas de todo tipo de creencias, religiones, cultura y clases sociales, el escenario perfecto para persuadir a otros; la gente siempre apreciará todo aquello que le genere satisfacción.

El presidente municipal de Cuernavaca que ha estado envuelto en controvertidas polémicas acudió a un homenaje de futbol como uno de los máximos futbolistas de la historia mexicana.

La gente le aplaudió, le lloró y se identificó con este personaje, sin que sus mentes asociaran el “detalle” de su cambio de imagen pública como Presidente Municipal y sin que la mente racional registrara las polémicas y demás problemas que atañen a Cuernavaca y que han rondado alrededor del exjugador.

¿Por qué sucedió esto? La respuesta es simple: diríjanse al corazón y no a la mente.

La despedida del ahora Presidente Municipal estuvo repleta de tantos signos comunicativos que reforzaron sin duda la empatía que ha despertado el exjugador.

Albert Mehrabian, investigador y psicólogo alemán, concluyó que cuando comunicamos emociones y sentimientos, más del 90% del mensaje recae sobre la Comunicación No-Verbal o corporal.

El lenguaje corporal es el atajo al corazón porque el cuerpo no sabe mentir. Con experticia, Cuauhtémoc utilizó signos de comunicación poderosos en su imagen no verbal.

Llevarse la mano al corazón a la vez que con la otra mano extendida por arriba del hombro saludaba a la audiencia, connota muchos estímulos con significados de poder que se traducen en empatía, dinamismo, seguridad, honestidad, sinceridad, confianza, transparencia, lealtad y cariño sincero, elementos que el jugador utilizó y lo conectó con la audiencia.

La expresión de sus ojos, con una ligera presión en la parte interna de las cejas, revelaba una auténtica conmoción emocional de tristeza al estar corriendo rodeando el estadio despidiéndose de su audiencia.

A estos estímulos hay que sumarles los minutos llenos de emoción que su talento innato como futbolista le ofrecieron al público receptor, en los que en más de dos ocasiones Cuauhtémoc casi lograba con éxito un gol.

La imagen pública para permanecer de manera exitosa necesita del respeto absoluto de la esencia, la coherencia y de la transmisión de estímulos mantenidos con fuerza hasta lograr una percepción que genere una respuesta colectiva…

¿Podrá Cuauhtémoc mantener el vínculo que logró este sábado? La buena noticia es que la imagen es dinámica; es decir, una imagen deteriorada, en este caso por su inclusión en la política, puede mejorarse.

Para ver como deshabilitar las notificaciones, da clic aquí