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9, marzo 2016 - 8:39

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POR JOSÉ LUIS CAMARILLO

 

EL mote de “Maravilla” que acompaña al recién coronado monarca universal minimosca del WBC, Ganigan López Rojas, no le fue impuesto por casualidad. Lo ha llevado siempre.

Su padre, Javier López Castrejón, y su hermano, Lauro López Rojas -su entrenador, desde que era niño-, ambos ex peleadores, recordaron que el abuelo de Ganigan fue el primer “Maravilla” que “se rifó el físico” en los rings de paga.

Mauricio Sulaimán Saldívar trasladó el Martes de Café a las instalaciones del Metro Juanacatlán y llamó al director de prensa de ese organismo, don Víctor Cota, para, juntos, colocarle a Ganigan el cinto que conquistó el viernes anterior, al vencer por puntos al japonés Yu Kimura, en Kyoto.

Ganigan reveló que durante la noche del lunes “ya quería que fuera martes, para tocar mi cinturón”.

Don Javier López comentó que no quería que ni Lauro ni Ganigan dieran y recibieran golpes desde la temprana edad en que se iniciaron en esta recia disciplina. Por lo regular, se enteraba dos días después de sus peleas, al notarles algún moretón. Don Javier menciona con orgullo que su padre, del mismo nombre, “fue a Monterrey a pelear con Lauro Salas, al que le ganó por nocaut”.

Lauro Salas, apodado “El Tigre de Monterrey”, se proclamó campeón mundial ligero en la década de los 50.

El progenitor de Ganigan, oriundo de Amecameca, es un jubilado de la Dirección de Seguridad Pública del Estado de México. Se desempeñaba “en vialidad”, según nos detalló.

La dinastía está asegurada en su continuación, ya que Elías Karim, de 11 años y hermano menor de Ganigan, tiene destacadas habilidades para boxear y también es de guardia zurda, igual que el flamante soberano de las 108 libras, según explicó don Javier . “Será otro campeón del mundo”, augura su padre, quien no dejó de lamentar que en su tiempo no recibiera apoyo por parte de las autoridades, para dedicarse a lo que, ya se vio, es toda una tradición familiar. Debido a ello, se quedó en la categoría de peleador de seis asaltos.

Con cierto dejo de tristeza, don Javier citó que desearía que el abuelo del campeón y el tío de este último, Ángel, ex púgiles que ya no se encuentran en este mundo, pudieran ser testigos de su coronación. De esto último fue testigo este martes su sobrino, el ex pugilista Ángel López.

 

EMULAR A ÉDGAR SOSA

Ganigan comentó, a pregunta expresa, que cuando estaba en el ring con Kimura, era alentado por el recuerdo de su esposa, Rosa Martínez, y sus tres hijos: dos niñas y un varón, además de destacar los consejos en la esquina por parte de su entrenador, Ken Nishide, quien le pedía no bajar el ritmo de combate. Del mismo modo, estaba en su rincón su maestro y hermano Lauro.

El “Maravilla” López aseguró que desea tener un largo reinado y, ¿por qué no?, llegar a las 11 defensas que hizo Édgar Sosa, la racha más larga en forma ininterrumpida por parte de un mexicano monarca en esa división. Ratificó que su primer retador podría ser el mazatleco Pedro Guevara, quien lo venció cuando poseía la faja que luego Yu Kimura le arrebataría.

Otro de sus objetivos es unificar la corona con el japonés Akira Yaegashi, titular minimosca de la FIB.

Ganigan, en su papel de Director del Deporte en Amecameca, festejó el éxito del Maratón Bike, especialidad de ciclismo de m montaña que ganó un competidor italiano el reciente domingo. (José Luis Camarillo)

 

GANIGAN López, emocionado, al colocarle Víctor Cota y Mauricio Sulaimán el fajín de soberano universal minimosca. Observa, Juan Carlos Pelayo, titular de la Comisión de Box de Tijuana.