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12, marzo 2016 - 8:18

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POR A.G. GONZÁLEZ

DENTRO de todos los juegos con alta rivalidad y demanda, ninguno como el Clásico nacional. Ese juego de 90 minutos o un poco más que arrastra multitudes y pone en cero la atención a otra cosa que no sea lo que hagan en la cancha el Guadalajara y América, en el orden que lo administrativo da para este Clausura 2016. Ha iniciado una semana de remembranzas, análisis y apuestas.
Se trata del Clásico número 220 de la historia entre estos dos equipos que se juegan el orgullo además de los puntos que el reglamento dicta en busca de un mejor lugar en la tabla para pensar en una clasificación, algo que resulta una obligación para estas instituciones, a pesar del problema en la porcentual que viven los tapatíos.
Los números de esta rivalidad marcan que las Águilas tienen mayor número de victorias con 78, por 72 del Rebaño Sagrado (la última fue el torneo anterior en el estadio Azteca), por 69 empates. Hoy en día, el panorama pareciera ser más alentador para los de Coapa, sin embargo, así ocurrió en el Apertura 2015 y el resultado fue para los tapatíos.
En estos momentos, la escuadra que dirige Ignacio Ambriz ha dado pasos importantes para salir de una inestabilidad futbolística y emocional que les costó puntos importantes y la ausencia por suspensión de algunos de sus futbolistas.
Por las Chivas, Matías Almeyda consiguió apenas el fin de semana anterior su primera victoria en el torneo y quiere agarrarse de ahí para llegar lo mejor posible al duelo del próximo domingo, en donde se volverá a vivir una fiesta a pesar de que las realidades de ambos equipos.
Por los rojiblancos se han tomado decisiones difíciles para cualquiera pero que parecen dar algunos resultados, como el hecho de sentar al líder y capitán Omar Bravo ante los Gallos Blancos. Almeyda se la jugó de esta manera y el resultado le dio la razón.
Lo complicado, en todo caso, será encontrar la fórmula para consolidar a un equipo que pueda recuperarse de todo el retraso futbolístico y estadístico que ha tenido y que lo tiene abajo en la porcentual. Un partido como el de esta jornada que viene, puede terminar de catapultarlos a esa mejora que persiguen desde el inicio del torneo.
Para apunte aparte lo de los técnicos de estos equipos, curiosamente ambos dirigieron su primer partido Clásico el torneo anterior y ahora Ambriz buscará emparejar los números con Almeyda. Ambos han sido criticados, a su manera y por sus formas, y sólo la victoria les está permitida.
Las dos aficiones –más grandes del país- se paralizan mientras el resto les observan a la distancia y no les pierden la pista, al final de cuentas el domingo por la tarde también estarán al pendiente de lo que suceda entre estos dos históricos.