POR GIANNA SIERVO

En Imagen Pública hay un axioma que voy a empezar usando para abrir el análisis del polémico caso de la tenista María Sharapova: “La imagen de la titularidad permea en la institución” a esta verdad respondió Nadal al declarar que “el deporte debe ser limpio, debe verse limpio y en general, María afecta nuestra imagen en el mundo del tenis” y también respondieron las marcas patrocinantes, Nike, Porshe, y Tag Heuer, al retirar su financiamiento a la deportista para que la querella nos les salpicara.

La tenista contaba con una imagen pública muy bien labrada, desde profesional hasta física, al compaginar su carrera deportiva, logros y resultados, con su imagen para campañas comerciales y revistas; estos aspectos se convirtieron en estímulos que Sharapova mantuvo con fuerza hasta convertirlos en su reputación, imagen pública mantenida en el tiempo, este valioso patrimonio que nunca debe cambiarse por utilidades a corto plazo, ni mucho menos exponerse con un positivo en Doping en el ámbito deportivo.

Toda imagen que esté expuesta al ámbito público esta proclive a situaciones de crisis, un experto en imagen pública es crucial para atravesar con éxito este periodo.

Ahora ¿Dónde estaban los consultores de la tenista al momento que ella misma acrecentaba su dificultad al declarar que por diez años había consumido Mildronato?, droga que en el control antidopaje opacó su imagen, su carrera y su cuenta bancaria.

No hace falta ser especialista para oler que esta afirmación generaría dudas en los resultados que ha venido obteniendo bajo los efectos de un medicamento que ayuda en la absorción de oxígeno y aumenta la resistencia.

La guerra de imagen que se avecina.

Ya los abogados quieren enmendar el error declarando que buscan “desmentir la idea de que Maria utilizó mildronato todos los días por 10 años, porque eso no es cierto”.

A lo anterior le agregaré el axioma 10 de la Imagen Pública que dice que “siempre tomara más tiempo y será más difícil reconstruir una imagen que construirla desde el origen”, en este caso, de la crisis que atraviesa.

El desliz de la tenista se ha convertido en el titular principal de los periódicos y noticieros a nivel mundial, esto estará posicionando su imagen durante toda su carrera a la lista de deportistas famosos que han sido perjudicados por el control antidoping.

El caso Sharapova es una muestra de cómo la difusión de los actos de personas que se consideran noticia en los medios de comunicación resulta determinante para construir o destruir rápidamente una imagen poderosa y creíble de forma inmediata.

Ahora bien, según mi óptica de especialista, creo que Sharapova no tiene todo perdido, la clave va a estar en cómo maneje la guerra que se avecina en contra de su imagen y ¡vaya que tiene puntos a favor!

Actualmente el enfoque de la opinión pública en el deporte está sobre ella, los medios necesitan buenas historias que contar y están dispuestos y disponibles a escuchar la historia de la tenista.

Los momentos de crisis pueden transformar una imagen, dependiendo de los elementos que se usen y como se haga, compendios a favor: aún hay un gran grupo de personas que sienten una identificación positiva con la atleta, el deporte es en resumidas cuentas “show busines” y si se juegan bien las cartas no van a decepcionar a la audiencia tras una historia bien manejada que pueda rescatar la vinculación con Sharapova.

Todo espectáculo necesita de sus artistas y estrellas y si la atleta gana este set estará regresando muy pronto… Solo falta esperar a ver como la tenista se deslinda de la crisis y vuelve a la cruzada, o no.