POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

Lo bonito del toreo. La magia y el poder. La decisión, el deseo de querer cambiar la moneda. Hace 15 días el matador Arturo Macías escuchaba tres avisos en la Plaza Nuevo Progreso de Guadalajara y el domingo pasado una Plaza Revolución de Irapuato, que además lució llena, vitoreaba su nombre tras indultar a Mil Sonrisas, de Begoña, luego de realizar una de las faenas más completas que haya logrado el torero de Aguascalientes.

“Es lo que te decía la vez pasada, que no hay que volverse loco, ni para mal ni para bien, cuando las cosas van mal o bien. El equilibrio es fundamental. Pero no puedo negar el sentimiento que me embarga en estos momentos, estoy muy contento y feliz, sobre todo por haber cuajado un toro de esa importancia, ya que era un toro bravo, de esos que si no te agarran preparado te descubren. Había que estar a gran nivel ante este astado”, indicó Macías sobre Mil Sonrisas, toro criado por el licenciado Alberto Bailleres.

-¿Qué otra cualidad se le puede colgar a ese toro?

“La principal es que era muy bravo, pero noble. Se arrancaba de lejos y entre más lo obligaba embestía mejor; la muleta la llevaba arrastrado, muy abajo y Mil Sonrisas se crecía, mostró su verdadero fondo de bravura. Había que estar muy dispuesto con este toro, a más entrega de mi parte, el toro rompía mayormente. Francamente pude cuajarlo, en los tiempos, organización de las tandas y estructura de la faena”.

-¿En qué momento te sentiste olvidado de ti mismo?

“Fue algo muy mágico: en la primera tanda. En cuanto lo toreé por abajo, al segundo muletazo por derecha, el toro ya me estaba enseñando lo que era. Ahí ya estaba roto con él, entregado, echándole la muleta hasta adelante, y a pesar del viento no hubo enganchones, sino mando”.

Arturo Macías recordó que en noviembre pasado en la misma plaza se topó con un toro coloreado de Mimiahuapam, hierro también de don Alberto Bailleres.

“No sé si era tan completo como Mil Sonrisas, que de no haberlo pinchado le corto el rabo. Mil Sonrisas con toda seguridad es de vacas”, asentó el torero.

-¿Será esta una de tus mejores faenas?

“Sí, fue muy completa. Sobre todo por el toro, que exigió al límite, y de no haber estado a su altura mi carrera se hubiera visto muy afectada. Siempre fuimos uno mismo, sin duda ha sido una de las faenas más importantes de mi carrera, se notó mi madurez”.

-Irapuato se quedó hirviendo de afición, sin duda.

“Totalmente. Fue lleno en la plaza, la gente en todo momento apoyó a los toreros, sin duda fue muy bonito, la locura fue increíble, los niños querían ser toreros. Me tardé hora y media en salir de la plaza, el patio de cuadrillas estaba abarrotado, son de las tardes que crean afición y sitúan Irapuato en un plano mayor”.

La noche del domingo Arturo Macías viajó a Aguascalientes, por lo que ya no pudo ver al toro Mil Sonrisas, “pero me encantaría verlo y agradecerle todo lo que me dio. Independiente a todo pude ser feliz, olvidarme del cuerpo y probarme para saber hasta dónde soy capaz de echar la muleta adelante y llevarlo hasta torcer a más la cintura. Estoy muy satisfecho por la obra realizada”, comentó.

-¿Te dijo algo el ganadero?

“Estuvo don Juan Pablo Bailleres (hijo del licenciado Alberto Bailleres), al igual que yo estaba muy emocionado. Nos abrazamos, estábamos muy agradecidos por la emoción que sentimos, él como ganadero y yo como torero”, concluyó.

18 INDULTOS

A lo largo de su carrera como matador Arturo Macías ha sumado 18 indultos, lo cual sin lugar a dudas ha ayudado para el engrandecimiento de la cabaña brava mexicana. La mayoría en plazas de primera y de ganaderías de primera línea; casi todos han ligado muy bien en los empadres.

PRÓXIMAS FECHAS  

El sábado parte plaza en San Miguel de Allende. Luego, le vienen tres festejos al hilo: El 1 de abril en Ciudad Juárez, corrida nocturna; el dos en Campeche y tres en Pomuch.