VANCOUVER.- Sin importar el frío y las reglas del país, un centenar de personas de la comunidad canadiense llevó serenata al Tricolor en el hotel de concentración.

Con mariachi incluido, pancartas y enchamarrados, los aficionados tomaron una de las calles aledañas al hotel para cantar el “son de la negra”, “cielito lindo” o la de “el Rey”, canciones que enchinaron la piel a más de uno de los compatriotas que residen en esta urbe.

Pese a cantar a todo pulmón, los seleccionados no se asomaron por las ventanas, pues el combinado se encuentra hospedado en el piso 34 de un impresionante edificio y se encontraba en la hora de la cena. Sin embargo, nunca dejaron de alentar a su equipo.

Ante la admiración de los propios canadienses de carne y hueso, quienes se sorprendieron por el folclor, los paisanos sacaron a relucir lo mejor de sus porras. Ni el frío evitó que México recibiera el calor de su gente a tantas millas de casa. La gente se rindió como siempre ha ocurrido en otras partes del mundo. La selección ni se asomó por las ventanas y el único que apreció la verbena desde una esquina alejada fue Juan Carlos Osorio y su familia.