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Mira

30, marzo 2016 - 17:56

┃ ESTO

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EL trago amargo ya pasó…

Tras una semana de reposo, Christian Giménez por fin dio la cara. Con un ya desvanecido moretón y ligera hinchazón, “Chaco” platicó los sucedido aquella noche trágica en el estadio Jalisco, donde chocó con el codo de Jefferson Duque, una jugada que para el naturalizado fue sin dolo y meramente futbolística.

“Analizando la jugada, hay un movimiento de Duque que no se si sea intencional, yo creo que no, porque los que jugamos al futbol tiramos el brazo para tantear al rival y se da en el momento que arranco y sin querer agarro el codo. Sentí un madrazo fuerte que pensé que era solo un golpe. No me podía ver pero cuando me toqué sentí como se hinchó”, mencionó llevándose la mano al rostro, debido a que aún sentía dolor.

Asimismo el nacido en la Provincia de Chaco Argentina reconoció que tras los estudios realizados previo a la cirugía tuvo miedo en perder la visibilidad del ojo izquierdo.

“En el primer estudio arrojó dos fracturas y con el especialista salieron cuatro, además tenía un hundimiento en el arco cigomático. Había dos opciones, quedarme así y jugar con una protección y hasta el término del torneo operarme, pero corría el riego con un golpe tener un problema mayor, ya que una de las fracturas es abajo del ojo y podía tener problemas en la visión periférica. Antes de la operación tuve miedo porque no sabía el proceso que se llevaba. Hable con el doctor y hasta que me abrieran verían si tenía problema con el ojo y por suerte no lo tenía”, dijo el camisa 10 de los cementeros.

Por otro lado y ante el gris panorama que se le vino al cementero después del segundo aire que había tomado, Giménez lo ve con humor.

“Duele más el hecho de que es una lesión diferente a las que se dan en el futbol, pero ante todo está la salud. Es una situación rara e incomoda, no estoy acostumbrado a vivirla. Más allá de ponerme mal lo tomo con humor”.

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