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7, abril 2016 - 22:34

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LOS ANGELES (AP) — Kobe Bryant se levanta, y con él, cientos de personas. Una sensación especial rápidamente se convierte en ovación en su camino a la mesa de anotadores para ingresar al partido.

Si Bryant anota, la multitud aplaude.

Pero si es otro jugador de los Lakers de Los Ángeles el que se interpone en estos momentos, la respuesta del público es distinta.

“Me siento mal por los demás, porque cada vez que toman un disparo los abuchean”, dijo Bryant con una sonrisa.

Una escena similar se ha vivido en arenas que van de Los Ángeles a Boston, desde que el tercer máximo anotador en la historia de la NBA anunció que su vigésima campaña en la liga sería su última.

Tras asegurar al momento de su retiro que no quería una gira de despedida, Bryant cambió de parecer a finales de noviembre, convirtiendo la temporada de los Lakers en un tributo móvil a un atleta tan querido como odiado, pero respetado a nivel mundial. Los aficionados aprovechan las últimas oportunidades para ver el alguna vez espectacular juego de Bryant con los Lakers, que coincidentemente, sufren la peor temporada en la historia de la franquicia.

La gira llega la próxima semana a sus últimas cuatro fechas. Los Lakers tienen visitas a Nueva Orleáns, Houston y Oklahoma City, antes de que Bryant se despida ante su público el miércoles ante Utah.

“Es algo que se merece, que se ganó y que todos queremos hacer”, dijo el entrenador de los Lakers, Byron Scott, compañero de equipo de Bryant durante su temporada de novato. “Creo que nadie puede cuestionar el lugar de K.B. en la historia del deporte, y es natural que la gente le quiera rendir tributo. Todos queremos hacerlo”.

La prolongada despedida de Kobe ha generado algunas raras escenas, como los abucheos a sus compañeros, o aquella vez en Denver, en donde un lesionado Bryant firmó autógrafos y regaló sus zapatos mientras estaba en la banca.

Ha sido ovacionado en Sacramento, Detroit, Filadelfia y otras ciudades en las que ha sido odiado y despreciado durante gran parte de su carrera. Celebridades y millonarios se reúnen fuera del vestuario de los Lakers cada noche, a la espera de que Bryant termine de conversar con los jugadores rivales que buscan una camiseta o unos zapatos autografiados.

“Lo puedo sentir, y es una sensación grandiosa”, dijo Bryant. “Hace que pasar por todos esos años de derrotas, de no abandonar al equipo, que todo valga la pena. Quedarme aquí en las buenas y en las malas, con el respaldo de la afición, que entiende que estamos juntos en este viaje, es un vínculo inquebrantable”.

En tanto, los Lakers están culminando un lapso históricamente miserable de tres temporadas. Han impuesto el récord de más derrotas en la historia de una franquicia que cuenta con 16 títulos, durante tres años consecutivos, gracias al revés 62 de esta campaña, registrado el miércoles.

“No importa”, dijo Bryant. “Es difícil para la gente entender esto, pero una derrota es una derrota, y no se pueden catalogar. Se gana el título o estas al mismo nivel del resto. Para mí es blanco o negro. Así que si se impone récord de derrotas en la historia de la franquicia, o si se clasifica a los playoffs y se pierde en las finales de conferencia, para mí es exactamente lo mismo”.

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