POR SALVADOR AGUILERA
FOTOS: JESÚS TÉLLEZ

SU toreo está hoy en lo más alto.
Ha tenido tardes espléndidas, de gran valor, pero sobre todo de mucho arte.
Volvió triunfador de Europa y está listo para partir de nuevo, no sin antes compartir en algunos ruedos mexicanos ese talento que lo tiene en los cuernos… de la luna.

Es Joselito Adame.
¡Enorme!
Pero humilde.
¡Valiente!
Pero tímido.

Su gran momento tenía que compartirlo con los lectores de ESTO, por eso nos visitó con una sonrisa por delante, aunque el orgullo lo traía mejor agarrado que la muleta y no era para menos, porque su éxito ha sido rotundo.
Aquí y allá.

Lleva más de 50 corridas en el año… y las que faltan.
“Hacía mucho tiempo que un torero mexicano no tenía tanto éxito en Europa como me ha sucedido ahora”, dijo con una sonrisa que no se la arrancaba ni el toro más bravío.

Sevilla, Madrid, Bilbao, Santander se convirtieron en una cadena de triunfos para este joven matador que sigue creciendo y su toreo no tiene límites: “Sigo en un proceso, en una evolución muy importante, pero lo más importante es que estoy centrado; tengo los pies en la tierra como debe de ser y viendo al toro. No es fácil obtener triunfos, uno siempre quiere salir entre aplausos, por eso me preparo a diario tanto física como mentalmente. Sólo así, con disciplina, entrega y valor puedes llegar a marcar una época en el toreo, que es lo que finalmente quiero”.

A sus 25 años el futuro luce maravilloso, aunque en la fiesta brava es mejor que el presente dicte, corrida a corrida y muletazo tras muletazo, lo que viene.

Salir a hombros no lo es todo. Un torero que ha salido entre aplausos se lleva algo más que el reconocimiento del respetable, porque hay quien aplaudió la calidad, otros la torería, la clase, la finura, el valor, la entrega, el corazón, el arte. Hay quien se pone de pie para aplaudir todo eso y Joselito ha sido capaz de reunirlo en sus faenas, por eso su nombre aparece con tanta frecuencia en los carteles, porque hay torero, porque hay matador.
Sus bases ahí están.

Pero no se puede despegar de algo que es tal vez lo más importante, la bendición de Dios: “Si tengo valor ante el toro es por él, es porque sé que Dios está conmigo y en cada tarde que voy a salir al ruedo me pongo en sus manos. Si Dios quiere que triunfe, adelante, si Dios quiere que esa sea mi última tarde… así lo será. De ahí nace ese éxtasis de mi toreo, ese éxtasis de emociones, porque estoy dispuesto a dejarlo todo, incluso la vida, si Dios quiere. Mi entrega es absoluta hacia él y hacia el toro. Bajo la bendición de Dios sólo queda poner lo que sabes: entrega y pureza en tu toreo. ¿De qué otra forma te puedes convertir en icono de la fiesta taurina internacional? Vivo motivado y con el deseo de siempre dar lo máximo”.

De todas formas, los aplausos no sobran, regresó ovacionado de Europa y volverá por más éxitos: “Creo que lo mejor que me ha pasado durante esta temporada internacional que estoy realizando, es haber obtenido el reconocimiento, me atrevería a decir que hasta la admiración del público. No tengo ni una sola queja. Hasta los propios compañeros matadores me han expresado su respeto y eso es gratificante, muy satisfactorio. Todo esto me enorgullece porque en verdad he hecho un esfuerzo grande en cada tarde que he toreado”.

Sevilla y Bilbao fueron inolvidables: “Formé parte de carteles muy bonitos, pero creo que las faenas más importantes que logré fueron en Sevilla, ahí se dio un momento mágico y no se diga el 18 de agosto, en Bilbao, a mi segundo toro, también alcancé instantes de gran nivel”.

Después de cada corrida viene una reflexión, un análisis, el encuentro de Joselito Adame, con José Guadalupe: “Me gusta criticarme a mí mismo, porque creo que sólo así puedo convencerme y después a la gente”.

Se acerca septiembre y no se detiene su andar taurino. El viernes, San Luis Potosí; el domingo, Tijuana; para después volver a Europa y su calendario es impresionante. Todo el mes andará en España y Francia, aunque habrá una escapada rapidísima para torear en Zacatecas el 7 y 8 de septiembre.

Joselito no es conformista, siempre quiere más: “Buscaré más triunfos, estoy viviendo un momento muy bueno, aunque dentro de la autocrítica que haces te vas dando cuenta que te faltan más cosas. Sé que hay grandes momentos que están por llegar. Mi techo está muy alto aún”.

Ha tenido un año limpio, sin cornadas, sólo algunas volteretas que han sido producto de ese atrevimiento que tiene en el ruedo, en donde se transforma y muestra que la bendición de Dios no llegó ahí, sino al nacer.

Fin de una visita muy agradable, que incluyó una pasada a nuestro Museo Ídolos del ESTO, además de un afectuoso saludo con nuestro director nacional de ventas, licenciado Francisco Torres Cano, quien no dejó de reconocer su gran talento y es que Joselito Adame es el torero del momento.