Vive la vida como un deporte, dirán algunos. Otros, caminan por el mundo predicando una frase: la vida es un deporte. Ambas son extraordinarias metáforas para representar cabalmente lo mucho que el ser humano se juega día con día, las pruebas por superar y los miles de logros por conseguir. Tal es el caso del Patrick Downes, quien en el 2013 tuvo que enfrentar una de las mayores pruebas que la vida le haya puesto, al perder una pierna tras los atentados en el maratón de Boston.

La historia de Patrick es maravillosa. Aquella mañana del 15 de abril del 2013, Downes se disponía a celebrar el haber llegado a la meta cuando súbitamente sintió una explosión que le cambiaría la vida. Boylston Street pronto se convirtió en un caos mientras la vida de tres personas se escapaba de sus manos y 282 más sufrían los estragos del atentado.

Aquel evento, lejos de representar una tragedia, impulsó a Patrick Downes a levantarse ante la adversidad. Situación que, desde luego, no fue sencilla. Apoyado en una prótesis, Downes tuvo que reinventarse la vida para regresar con más fortaleza.

Es así que pasados tres años de aquel terrible incidente, Patrick Downes volvió a las calles en donde su mundo dio un giro total para correr y culminar el maratón, una muestra de valentía y fortaleza ante los obstáculos que la vida nos pone. “Corrí con la ciudad en mi corazón”, expresó Downes al portal boston.cbslocal.com.