EL éxito del América en los últimos años no se entendería sin la presencia de Ricardo Peláez.

Y es que el directivo emplumado va por su cuarto título con el mismo número de entrenadores diferentes.

Desde su llegada al equipo de Coapa estableció objetivos a corto, mediano y largo plazo que hoy en día se han convertido en realidad entre liguillas, títulos de liga y corona en la Concachampions. Las celebraciones y el protagonismo son el actual contexto.

Trabajo y constancia han sido las claves, y a la vez la toma de decisiones le han dado la razón.

Miguel Herrera fue su primera carta y con él lograron levantar la corona del Clausura 2013. Después arribó Antonio Mohamed y también dieron la vuelta de campeón en el Apertura 2014.

Una serie de situaciones terminaron con el proceso del “Turco” para que enseguida llegara Gustavo Matosas y de inmediato respondiera con el cetro de la Concachampions, título que lo llevó a Japón a disputar el Mundial de Clubes.

Matosas salió e ingresó Nacho Ambriz al banquillo para jugar una liguilla más, ya que en el pasado torneo fueron eliminados por los Pumas en un duelo de mucho corazón.

Las decisiones han sido sorpresivas, pero los éxitos le han dado la razón a Ricardo Peláez, quien se ha encargado de ser el encargado de cimentar, darle forma y pulir los objetivos del América, por más que se lleguen a cambiar filosofías técnicas o algunos jugadores, pero los éxitos se mantienen con el mismo presidente deportivo.

Hoy están en la Liguilla del Clausura 2016 y cerca de refrendar su título de la Concachampions, pues con un 2-0 a favor tienen a Tigres en la lona y con pie y medio en Japón, justamente en el año del centenario, por esta y muchas razones, Peláez es el arquitecto azulcrema.