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26, abril 2016 - 18:58

┃ ESTO

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“El deporte no tiene color,  es unidad por donde quiera que se vea”, declaró Enriqueta Basilio, primera mujer portadora de la antorcha que encendió el pebetero de los Juegos Olímpicos de México 1968, quien fue reconocida por el Senado de la República, en coordinación con el Comité Olímpico Mexicano y la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo.

Acontecimiento que revivió con la colección del diario ESTO, donde a través de sus páginas se consigna el hecho histórico, por conducto del juez de atletismo José Antonio Vega. También recordó Queta que su papá le guardó el  Diario de los Deportistas de 1967 y 1968.

La  portadora de la antorcha, que guarda en un banco, porque un día robaron su casa y se llevaron importantes obras artísticas, se recupera de una fractura de cadera que sufrió en octubre del 2015 y lucha con un mal neurológico, ella bromea y planifica el 50 aniversario de los Juegos Olímpico de México 1968.

“Falta que nos juntemos un grupito que vamos a conformar con Luis Niño de Rivera, quiere que hagamos algo mejor de lo que hemos organizado y tiene que ser algo en grande. Lo realizado cada cinco años, ha sido difícil para mí”, el recorrido del fuego simbólico por la   Paz y el Deporte desde su natal Mexicali, Baja California a la ciudad de México.

El senador Marco Antonio Blásquez Salinas y el titular del Comité y Olímpico Carlos Padilla fueron los primeros en hacer un depósito a un fideicomiso a favor de la atleta olímpica  para apoyarla económicamente, un reconocimiento en vida, como bien dijo el  periodista y actual legislador en la Cámara Alta.

La primera vicepresidenta del Comité Olímpico Mexicano, Jimena Saldaña de Aja, declaró que nunca se imaginó acompañar a Queta en algún presídium, mencionó que el deporte y los Juegos Olímpicos marcaron su vida, y hablar de Queta Basilio siempre ha sido un honor como mujer y mexicana.

“En el mundo cuando se habla de los Juegos Olímpicos de México 68 es un parteaguas y uno de esos hitos que se marcó fue con la presencia de Enriqueta Basilio, la imagen de Queta prendiendo el pebetero es algo que  nunca he podido olvidar y ha marcado a muchas personas. Pero quiero decirles que es un orgullo mexicano a nivel internacional”.

Se reunieron los tres senadores originarios de Baja California: Marco Antonio Blásquez, Víctor Hermosillo y Ernesto Ruffo, quienes exclamaron palabras de elogio para la atleta a nombre de la Cámara Alta.

La acompañaron miembros de la familia olímpica y sus tres hijos, Enriqueta, Mario y Oliver, a tan honrosa distinción, a 101 días de los Juegos Olímpicos de Río 2016. Faltó su nieta, la pupila de sus ojos. (Héctor Reyes)