POR HÉCTOR REYES

La subcampeona olímpica Alejandra Orozco reconoció que su vida sufrió una transformación que le costó mucho trabajo superar, pero al tener la oportunidad de repetir los clavados sincronizados junto a Paola Espinosa y la calificación por primera vez en la prueba individual, ambas sobre la plataforma de 10 metros, hablan de su nueva etapa como deportista.

“Estoy contenta, agradecida y es un honor volver a competir con Paola y también han sido cuatro largos años, en muchas  cosas complicadas, muchos cambios, sin embargo creo que todo vale la pena y todo tiene un por qué y sigo en el camino”.

Alejandra ha sido una de las medallistas más jóvenes en la historia del olimpismo mexicano y ahora a sus 19 años, habló del proceso que vive en la ciudad de México bajo la tutela de la entrenadora de origen chino Ma Jin.

“Han pasado cuatro años y el nivel de los clavados han subido mucho, he tenido muchos cambios tanto físicos, mentales, deportivos. Entonces, siento que no han sido cambios para mal, al contrario siento que he aprendido mucho, sigo mejorando en muchos aspectos de mi vida y lo importante es que no me he rendido y siempre trato de seguir adelante”.

Alejandra expuso que el hecho de trabajar con Paola Espinosa ha sido el motor de su nuevo capítulo deportivo. Agradeció todo lo que hicieron por ella en Guadalajara, principalmente al entrenador Iván Bautista, quien fue su mentor y ahora igual con la entrenadora Ma Jin, contenta y agradecida, todo para seguir adelante, reiteró, para seguir en el camino, seguir en el sueño y pase lo que tenga que pasar.

“Río para mi representa el decir que a pesar de todas las adversidades, la cosas buenas, las cosas malas; los cambios;  las competencias buenas, malas; las caídas. Estos cuatro años tuve muchos altos y muchos bajos, pero el llegar y conseguirlo y poder ganar la clasificación, lo logré, estoy ahí y voy a dar lo mejor”, con la misma lista de clavados en sincronizados y en la prueba individual, en relación a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Recordó que hace cuatro años no pudo clasificarse en la plataforma individual y en esta ocasión sí lo hizo, además de que ha perfeccionados sus saltos ornamentales. Siempre hay una primera vez, dijo, tranquila y emocionada.

“Lo que más me gusta, más me caracteriza es de que no me rindo, siempre lo sigo intentando y para mí Río eso representa, el conseguirlo”, con base a horas de trabajo en el gimnasio y la fosa de clavados. Recordó que a la distancia el papel de su mamá ha sido fundamental en todos los ámbitos de su vida. No faltó una videoconferencia y un abrazo virtual.

“Le dije lo mucho que la agradecía, que la quería, es la persona que siempre está conmigo para darme un abrazo en cualquier momento y que todo lo que soy se lo debo a ella y la quiero mucho”.  En tanto, su mamá, a pesar de que no están juntas sabe de qué es parte de todo y la apoya. Su familia la acompañará a sus segundos Juegos Olímpicos, el apoyo del otro lado de la balanza de “Changuito”, como le decían de niña sus seres queridos.