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16, mayo 2016 - 23:34

┃ ESTO

Nota-Toros-Hilda-Tenorio-

POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

No ha sido una encerrona fácil, la matadora Hilda Tenorio sabía lo dura que iba a ser la tarde teniendo en cuenta el ganado que iba a lidiar. El reto de verse colocada en un sitio importante debe tomarse como tal, ya que no ha faltado a su palabra de salir con disposición para hacer lo mejor que estuvo a su alcance. Si bien el ganado no funcionó, Hilda dejó en claro que está puesta y que el fantasma de las lesiones ha desaparecido. Queda una sola signatura por atender: la espada. Que más que falta de técnica parece tema psicológico.

Un día después de su gesta histórica Hilda visitó ESTO, con evidente rastro del arropón que sufrió; aún se dolía de las costillas, de la pierna derecha.

“Me quedo con el cariño de la gente, anímicamente salí tranquila; la ganadería de Brito me ayudó a demostrar la torera que soy, vieron mi disposición”, dijo la torera.

La gesta fue doble, asentó Hilda. Por un lado estaba por sí sola la encerrona, por el otro el hecho de que desde el pasado 14 de mayo de 2015 había sido la última vez que lidió un toro, en Huitel.

“Ante todo pienso que se cumplió con la papeleta, incluso esperaba a los toros más duros. Demostré que físicamente estoy bien y si no banderilleé fue por que los astados no se prestaban para eso”, subrayó Tenorio.

Llegar a una encerrona bajo las circunstancias en que lo hizo la michoacana no es fácil, sin embargo, había que aventar la moneda al aire para sobresalir y dejar atrás el bache de la inactividad. Y vaya que se ha mostrado físicamente entera, sobrada y con un entendimiento importante para armar el rompecabezas que le plantearon sus socios.

“Me desesperé por estar pinchando, fueron muchas fallas con la espada, en cierta forma por eso me animé a picar al quinto toro; mi problema con la espada es mental, voy premeditada a que lo haré”, dijo la torera.

“Nada debe ser pretexto para no matar bien, menos mi estatura; algo tendré que hacer para revertir estos fallos”, abundó.

“Físicamente me sentí muy bien, me pudo más el ánimo porque las cosas estaban muy cuesta arriba, me hubiera gustado salir con más orejas, no obstante, pienso que lo realizado también tiene un mérito importante”, dijo Hilda, quien comentó que de volver a hacer la gesta apostará por un encierro compuesto por diferentes ganaderías.

Queda ahí la muestra de una torera toda verdad, que sin ver toros por más de un año supo estar a la altura y que en definitiva es una carta con fuertes dividendos para el empresariado que busca ofrecer variedad y atractivo a sus carteles, incluyendo la parte fémina, no como un favor por la condición de género, sino para darle el respeto y el sitio a la torera, que bien se lo ha ganado. Para que a su vez se dignifique y ensalce el toreo femenino, porque en la actualidad, en pleno siglo XXI, la inclusión es un ejercicio que debe efectuarse en todas las prácticas que un hombre o una mujer esté dispuesto a realizar profesionalmente y con toda la seriedad.

Dos cosas más: el hecho de que una mujer pique a un toro en su encerrona no es motivo de juego, sino habla de la capacidad de un torero para mantener el interés de su público. No debe tomarse a la ligera, sino al contrario, se le debe de reconocer este gran mérito a Hilda, quien además señaló el castigo en todo lo alto.

Dato: Nicolasa Escamilla, la “Pajuelera”, fue retratada por Goya en 1816 picando un toro. “Valor varonil de la célebre ‘Pajuelera’ en la plaza de Zaragoza”.

Y finalmente, me pareció que la mayoría de subalternos que asistieron a la torera en su encerrona les faltó lo que deben de saber hacer en ciertas circunstancias. Incluso hasta parecían observadores cuando la torera pasó las fatigas con la espada. Mal.

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