SAN DIEGO.- Sin la presencia del sol y sí con un viento que refrescó, el Tricolor reconoció y trabajó en la cancha de los Cargadores para afinar los últimos detalles antes de medirse a Chile en el segundo y último duelo de preparación antes de su debut en la Copa América Centenario.

El técnico colombiano Juan Carlos Osorio nuevamente trabajó con 22 piezas, por lo que pudo plantear dos “oncenas”. Aparentemente una más fuerte que la otra, la titular y la de los suplentes, por más que no tenga un once marcado y que tendrá rotaciones, incluso hasta en los duelos de la misma Copa América Centenario.

Dicha idea de modificación y planteamientos es para que el rival no ubique el estilo de juego de Osorio y de paso alargue la racha de seis duelos con victoria y sin recibir anotación, por lo que el cafetalero contempla cambir a varias piezas en el complemento, así como ocurrió ante Paraguay en Atlanta.

Osorio practicó con Jesús Corona en la puerta, el portero del Cruz Azul dejará la portería para el complemento y Alfredo Talavera atajará en el complemento.

Línea de cuatro fue la utilizada. Paúl Aguilar, Rafael Márquez, Héctor Moreno y Miguel Layún en la parte trasera. Diego Reyes apareció en la contención junto a Andrés Guardado y Héctor Herrera.

Más adelante y totalmente abiertos Jesús Corona y Javier Aquino desbordaron calidad, mientras que Javier Hernández estuvo como último hombre.

México así se mostró en los últimos quince minutos de la práctica, para después dar paso a los trabajos de relajación y estiramiento, no sin antes saludar a los viejos amigos como en el caso de Diego Ramírez, auxiliar de Miguel Herrera en Xolos y en Selección, por lo que compartió algunos minutos con Santiago Baños, Memo Cantú y algunos seleccionados nacionales.

Así México se alistó para la prueba andina, la última antes de medirse a la garra charrúa en la ciudad de Phoenix y debutar en el torneo del Centenario.