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8, junio 2016 - 9:49

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Nota-Box-Sulaiman

UNA estatua que sea erigida en Louisville, entre otros proyectos para honrar la memoria de Muhammad Alí, dio a conocer Mauricio Sulaimán Saldívar, mandamás del Consejo Mundial de Boxeo. Uno de los más significativos y que se le hizo en vida es que todos los cinturones que reconocen a los campeones en las distintas 17 divisiones, tienen su imagen en cerámica.
En la junta semanal del WBC, Víctor Cota, Director de Prensa de ese organismo, hizo sonar 10 campanadas en honor a Alí.
El directivo resaltó la labor de Lonnie Alí al cuidado de El Más Grande en gran parte de la etapa postrera de su existencia. Según recordó, Lonnie ya recibió el reconocimiento como Reina del Boxeo en la II Convención Femenil efectuada en Tijuana.
Mauricio Sulaimán resaltó: “Alí era visionario y de otra época. Va a ser eterno. Él cambio por completo al boxeo. Lo que el boxeo era en sus inicios: mastodontes, a ver quién pegaba más fuerte y ganaba. Llega Alí e impone la clase de boxeo, el uso de piernas, la velocidad, aparte utiliza su intimidación hacia los rivales. Hacía poemas que terminaban con una rima diciendo en qué round iba a ganar, y en muchas de ellas las cumplió. Trasciende en los dos ámbitos, pero si no hubiera sido grande arriba del ring, nada hubiera sucedido, entonces lo que pasa arriba del ring marca a Muhammad Alí y después trasciende de muchas otras maneras”.
“Ya el mundo es diferente -abundó-, si no hubiera sido por esos héroes, por esos Nelson Mandela, por esos Muhammad Alí, el mundo no sería como es. Sigue existiendo racismo, siguen existiendo problemas sociales. Eso es algo que siempre ha existido en la historia de la humanidad, pero yo siento que se ha avanzado de manera enorme. La mujer tiene una posición como debe de ser. El hombre de color, las razas, las religiones, se ha ido perdiendo de alguna manera esa discriminación. Aunque no se ha erradicado, se ha avanzado en los últimos treinta años de manera impresionante”.
Agregó que “la manera de ser de Alí, era muy particular, tenía una gran sonrisa y carisma. Se sentía cuando estaba ahí. Recuerdo que tomó a uno de mis sobrinos, lo cargó y le dio un beso, y lo abrazó. No había cámaras. No había porque hacer un acto así, era totalmente natural, y eso marca totalmente como era él, un apasionado de la vida, un apasionado de los niños, de buscarles la oportunidad a todos. No es por casualidad que el mundo ha reaccionado luego de que el viernes se diera esta triste noticia.
“Mi papá, ustedes son testigos, siempre que mencionaba o recordaba a Alí, lo hacía como su máximo ídolo. Alí es parte del Verde y Oro por la eternidad y todo fue muy natural. A mí, cuando fue a visitar a mi papá al hospital, fue un momento único. Un momento que a la familia y sobretodo a mi papá le llenó, le ayudó, por dos meses a seguir luchando. Esa inspiración de haber visto a Alí en su condición tan difícil en la que estaba, que fue a verlo en cuidados intensivos. Estar ahí por más de una hora, agarrados de la mano, rezar en musulmán, rezos católicos y cristianos, fue algo que marcó lo que fue Alí y José Sulaimán”. (José Luis Camarillo)