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10, junio 2016 - 14:50

┃ Alfonso Ruiz

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Se fue José “Olivaritos” Morales
POR JOSÉ LUIS CAMARILLO

JOSÉ Morales Damián, un genuino hacedor de boxeadores. Fueron muchos los monarcas del mundo que pasaron por sus manos, incluyendo por supuesto a sus hijos Érik “Terrible” Morales y Diego “Pelucho” Morales. Además, nos legó a un excelente prospecto como es Iván, otro de sus vástagos.
Más conocido como “Olivaritos”, sobrenombre que adoptó a raíz de la idolatría que siempre profesó a Rubén Olivares, transmitió esa admiración a Érik, quien usaba el mote en su calzoncillo de pelea, en sus inicios.
José Morales no solamente forjaba peleadores, también ponía dinero de su bolsa para impulsarlos, como lo hizo con el “Terrible”, y continuó con esa generosa actitud por décadas, hasta que una serie de dolencias físicas lo alejaron de la actividad en los meses recientes.
Los conocedores de boxeo saben que “no tiene chiste” llevar a campeonatos a peleadores ya hechos, con facultades, pero “Olivaritos” además les transmitía el espíritu de ofrecer espectáculo y ser disciplinados.
Fue así como resultaron incontables los monarcas que acompañó en sus coronaciones, ya fuesen mundiales, internacionales, continentales o nacionales.
Uno de sus éxitos lo vivió al lado del “Travieso” Arce, al que llevó a la conquista de su primer cetro universal del WBC, en Corea del Sur.
Pasaba la medianoche del miércoles cuando “Olivaritos Morales dejó de existir en su querida Tijuana, adonde llegó tras ver la primera luz en suelo guanajuatense en San Miguel Allende -también se afirma que nació el 3 de diciembre de 1955 en Apaseo el Alto- para, primero, ser peleador entregado en el ring al grado de tomar peleas con uno o dos días de aviso, y, después, con base en sus conocimientos en ingeniería de refrigeración, acumular dinero para invertirlo primordialmente en Érik y Diego. Estos últimos los procreó durante su matrimonio con la señora Isabel Elvira.
Ubicado en un gimnasio de la Zona Norte de Tijuana que se convirtió en el más popular, desde ahí planearía la estrategia para detener al hasta entonces implacable verdugo de mexicanos, el filipino Manny Pacquiao, y junto con Érik lo logró de manera contundente. Luego se quejaría del hecho de que su hijo fue llevado a darle la revancha al “Pacman” y hasta a un tercer combate con el tagalo, en un peso que ya no era el suyo.
El “Terrible” se alejó temporalmente de su padre; sin embargo, luego reconoció ante este reportero: “Mi papá siempre ha tenido la razón”.
Bajo su guía, Érik fue el primer y único mexicano en conquistar cuatro cintos del WBC en distintas divisiones, y serían cinco, de no haber mediado un despojo de los jueces en su desafío en Chicago, contra el local David Díaz.
Como ser humano, “Olivaritos” vivió intensamente. Era muy común escuchar sus invitaciones “a tomar la copa” y a disfrutar de deliciosas comidas. Pero aun bajo el peso de las desveladas, era el primero en levantar a sus campeones para irse a correr. Sus visitas al Centro Ceremonial Otomí fueron incontables.
Nos contaba que su estado de salud no era el óptimo desde hace cinco o seis años, por lo cual fue sometido a una media docena de operaciones.
Sus ganancias le permitieron establecer un bar deportivo en Tijuana y patrocinar docenas de funciones con novatos o amateurs. Muchos de ellos hoy aspiran a coronas del mundo.
Los efectos de un derrame cerebral empeoraron su salud en los días recientes hasta que su físico terminó por sucumbir.
Su don de gente le hizo tener detalles como la ocasión en que alimentó a decenas de peleadores mexiquenses, seleccionados amateurs, por muchos días en el Centro Otomí, dados los pobres recursos que tenían.
José Morales Damián vivió para el boxeo. Transmitió su talento sin distingos y marcó profunda huella como excepcional forjador de excelentes pugilistas. Innumerables muestras de tristeza acompañaron a la noticia de su muerte.

MISA Y CREMACIÓN
Érik dio el primer reporte en las primeras horas del jueves. “Con profundo dolor les comparto que mi padre nos dejó”. Luego informó que este viernes a las 11:00 horas se le ofrecerá una misa de cuerpo presente en la Catedral de Tijuana, en Calle Segunda, Zona Centro, y se procederá a su cremación.
“Vivimos intensos momentos de trabajo, tristeza y mucha felicidad juntos. Toda una vida, desde los cinco años hasta mis 36 años juntos en esta aventura del boxeo”, escribió el “Terrible.
La noche del jueves, en el servicio velatorio en la capilla Ecuménica de la Funeraria del Río, se le ofreció un acto litúrgico.

FRATERNIDAD MUTUALISTA
Hoy viernes en la Ciudad de México, a las 4 pm, arrancará una función con alumnos de la Fraternidad Mutualista de Ex Boxeadores y Entrenadores Profesionales de la República Mexicana en el Monumento a la madre. En ese marco, la Dirección Territorial Juárez-San Rafael de la Delegación Cuauhtémoc dará reconocimiento a dicha agrupación. El pesaje dará inicio a las 2 pm.
El ex púgil Javier “Bombero” Santibáñez reportó que inaugurará el Club Bombero en la colonia La Teja, colindante con San Pedro Xalostoc, en Ecatepec, con un programa de box y lucha, apoyado por Lupe Merino. Mariana Juárez estará como invitada especial.

“OLIVARITOS” Morales (der.) y su hijo Érik marcaron profunda huella, como entrenador y púgil. Junto a ellos, en la foto, Fernando Fernández.

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