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10, junio 2016 - 21:03

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POR HÉCTOR REYES

El clavadista mexicano que viste los colores de Australia, Kevin Chávez Banda, espera la confirmación del Comité Olímpico Australiano para participar en sus primeros Juegos Olímpicos en Río 2016.

Una aventura que comenzó hace un año y ahora se convierte en una realidad gracias al trabajo del entrenador, también de origen mexicano, Salvador Sobrino, que lo convenció de no retirarse y seguir en el deporte de los clavados. Se conocieron en un campamento de preparación que realizaron los clavadistas mexicanos.

Todo comenzó a finales del año 2015, a Kevin lo operaron de la rodilla por una lesión en el ligamento rotuliano izquierdo. Platicó con Sobrino y le dijo que no estaba bien en los clavados.

“Se fue todo lo que era Kevin Chávez, un atleta fuerte y ya era totalmente lo opuesto, no estaba en forma, mentalmente muy desmotivado, perdí toda la ilusión y fue muy difícil. No tenía la motivación de llegar al trampolín y hacer lo que amaba”, declaró.

En Guadalajara, con el equipo de Iván Bautista observaba a sus compañeros y de alguna forma se sentía triste, porque quería estar como en sus mejores tiempos, en un equipo que “se entrena muy padre”. La situación que atravesaba lo hizo pensar en retomar la vida normal y dar por terminado el ciclo como deportista.

“Mi tiempo de atleta se acabó, eso se lo platiqué a Chava y me dijo que estaba en una etapa psicológica en la cual me tenía que levantar, salir de ese hoyo, hablamos”. Salvador lo invitó a Australia a rehabilitarme.

Le preguntó: ¿cuáles eran sus dos sueños en la vida? Kevin respondió que era asistir a unos Juegos Olímpicos y ganar una medalla. El segundo, desde que comenzó a viajar decía que quería vivir en otros países que le gustaban, tener experiencia internacional y hablar otro idioma.

“Empezó a nacer esa energía que había perdido, que te hace levantarte y pensar en algo; entrenar o hacer cualquier cosa motivado sin que te pese, con gusto. Y así fue, llegué a Australia, me rehabilite poco a poco, mi cuerpo lo recibió muy bien, cambié todos mis hábitos alimenticios, sociales, y empecé a tirar clavados nuevamente”.

En dos meses sintió que tenía a un amigo, más que a un entrenador, y empezó el proyecto de buscar la ciudadanía y la calificación a Juegos Olímpicos, “sonaba muy loco porque en un año el plan era muy amplio y lo fuimos cumpliendo poco a poquito, paso a paso, clavado a clavado, tramite a trámite y fue una experiencia que va a marcar mi vida”.

Los entrenadores Iván Bautista y Salvador Sobrino coordinaron el proyecto, contó con el apoyo de sus compañeros, el CODE Jalisco, las instituciones en el país e internacionales le dieron su aval y recibió la ciudadanía tres semanas antes del selectivo australiano de trampolín de tres metros que ganó. Ahora espera la confirmación el martes del COA.