POR GUILLERMO MARTÍNEZ G.

Daniel Aceves,  único mexicano portador de la Antorcha de los Juegos Olímpicos de Río 2016, manifestó que México necesita ídolos.

Ello en referencia a los problemas que está enfrentando el país, por lo que desea un gran éxito a la delegación mexicana que estará en la justa veraniega.

“Que disfruten esta etapa que será parte de su historia. Ellos ya se han consagrado como inmortales del deporte. Solo que en estos tiempos existe una gran presión para los atletas, no solo por la oferta de recursos o estímulos, sino porque México requiere de triunfos. Vivimos recientemente el asunto futbolístico, por lo que quienes nos representarán en Olímpicos, ya han acreditado que son unos triunfadores”.

Humilde en su persona,  el medallista de plata en Los Ángeles 1984, comunicó su parte de ser el representante del país con la flama olímpica.

“Percibo que hay un gran privilegio en lo personal, pero asumo el reconocimiento. Sin duda el ser parte de uno de los símbolos más entrañable del deporte olímpico siempre es trascendente. Hay que recordar que se están cumpliendo 80 años de haberse incorporado la Antorcha y su recorrido como parte de los símbolos del movimiento olímpico”.

Como un intelectual del deporte, Aceves Villagrán comunicó que los símbolos hacen entender nuestra existencia. Ayudan a comprender la felicidad, la tristeza y aportaciones a la humanidad.

“La antorcha y el fuego olímpico ya son parte indivisible de lo que es el proceso del cual unos Juegos Olímpicos van hermanando la humanidad. Este reconocimiento que recae en mi persona de parte del Comité Organizador y del Comité Olímpico Internacional, que me notificó el Comité Olímpico Mexicano, lo asumo como un representante más del deporte nacional”.

Dijo que ha sido privilegiado en otras ocasiones, pero que esta vez cumple un ciclo olímpico al haberlo hecho también en Juegos Centroamericanos, Panamericanos y ahora Olímpicos.

“Llegar a este punto culminante el 14 de julio en la Ciudad capital de Curitiva, del departamento de Paraná, que está a escasos 410 kilómetros de Sao Paulo y 800 kilómetros de Maracaná, el estadio donde se encenderá seguramente por Pelé Edson Arantes, el pebetero olímpico el 5 de agosto”.

Así, Daniel es parte de este sueño que es una realidad para gran parte de los millones de habitantes que llevan siguiendo el recorrido de parte de los deportistas del mundo.

“Esta ceremonia lleva ocho décadas en que nació el fuego en Olimpia, y en esta ocasión comenzó en el COI en Lausana, Suiza, después en la sede alterna de la ONU en Ginebra, para volar a Brasilia, donde 12 mil antorchistas relevos irán formando parte de esta fiesta deportiva”.