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Mira

5, septiembre 2014 - 11:12

┃ ESTO

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FOTO: JORGE BARRERA
ENVIADOS ESPECIALES

SAN FRANCISCO.- Siempre un atractivo a través de series estadounidenses y películas norteamericanas, el Golden Gate no deja de impresionar y más si se observa de cerca, desde luego hay que atravesarlo para llegar al mirador perfecto, que se encuentra junto a Sausalito.

El famoso puente colgante de la Bahía de San Francisco no deja de ser el punto más fotografiado, aquí Jorge Barrera se deleitó con las fotos, aunque soberbio como siempre, me dijo: “Sólo me falta tomarlo desde un helicóptero”.

Ya un poco más relajado me pidió que le tomara yo una foto a él, pero le tuve que contestar de la misma manera: “Mejor tómate una selfie, están de moda”.

Yo seguí disfrutando de la vista.

Del aire fresco de la Bahía.

Un lugar para enamorados… lo malo es que me tocó venir aquí con el “Gordo” Barrera, quien no dejaba de tomar fotos para los lectores de ESTO.

El puente luce imponente.

Está lleno de historia.

Pero la vista de toda la Bahía es impactante.

El tono rojo del Golden Gate le da todavía más realce a todo.

Es un puente “monstruoso”, gigantesco e impresionante.

A lo lejos se ve el otro puente, el que lleva a Oakland: el Bay Bridge.

La vista de noche también es increíble.

Es la mejor Bahía del mundo.

Baja la neblina y las fotos lucen mejor.

El transitarlo a través de sus seis carriles se vuelve en un momento fantástico. El viento rompe, la vista es espectacular, todo en color rojizo, sus dos grandes torres en forma de “H”, el asfalto y los larguísimos cables de acero lo convierten en el máximo icono de la ciudad.

Por su tamaño y grandeza, impacta más que la estatua de la Libertad, aunque cada ciudad tiene su encanto.

Como dice la canción: “I left my heart in San Francisco”.

Sí, dejé mi corazón en San Francisco.

Observar hacia arriba al momento de recorrerlo es impresionante.

De no ser por la luz roja que del tope, diríamos que no tiene fin o que se pierde en el cielo.

A lo lejos se observa el faro de la isla de Alcatraz, aquella que también nos recuerda la fantástica historia protagonizada por Clint Eastwood en donde cuenta la fuga real de Frank Morris.

También en una de las puntas existe un mirador en donde se puede observar el puente, la Bahía, la prisión y la fabulosa ciudad de San Francisco, por lo que reivindica su enamoramiento a los turistas.

Encanta, apasiona y deleita.

San Francisco lo tiene todo, ese toque bohemio y romántico con sus tranvías -trolley’s-, tranquilidad y confort, pese a que también es caótica debido a sus miles de habitantes, pero qué importa, pues la calidad con que se vive es tentadora.

Si bien el duelo de México contra Chile no será precisamente en San Francisco, sino en Santa Clara en donde se encuentra el Levi´s Stadium, el visitar la ciudad es un gran pretexto para fotografiar, además de ser testigo de una de las grandes metrópolis de Estados Unidos y claro, de las principales urbes a nivel internacional, en donde el turismo es su principal potencia.

Así San Francisco, enamora, cautiva y deja a todo aquel con la boca abierta.

¡Vivirla es un placer!
Yo volveré, pero sin el “Gordo” Barrera, prefiero estar aquí con la mujer que amo.