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Mira

1, julio 2016 - 12:17

┃ ESTO

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AUN cuando la lluvia se soltó de manera furiosa, miles de seguidores se congregaron en el Auditorio Nacional para ver, escuchar y bailar con la música de sus predilectos. En esta ocasión el turno fue para la Banda MS, que prendió a una concurrencia ávida por sentir en el corazón su sentimiento muy regional mexicano.

Hay algo curioso, digno de análisis: la horda los adora incondicionalmente. Frases como: “Son la banda de moda”, o bien “están muy guapos”, sin faltar “esa es la música de mi tierra, verdad de Dios”, se escuchaban a cada instante.

Ni siquiera la fiereza de Tláloc detuvo el festejo. Los títulos de sus obras fueron desfilando. Por supuesto, la euforia también ‘in crescendo’; verbigracia: A lo mejor, Agárrense Federales, aún no se sabe si es amenaza, advertencia, juego de palabras o únicamente inspiración.

Llega el momento de rendir culto a Baco -según la mitología helénica- o Dionisio en la cultura ítala, viene pues la veneración con “Al centro y pa’ dentro”; luego el frenesí, al escuchar las muy descriptivas frases de “Borracho y loco”.

Este multitudinario grupo exhibe un lado sentimental a través de otro estilo de interpretaciones. Caen en cascada “Claveles de enero”, “No me pidas perdón”, “Háblame de ti”, “Tengo que colgar”.

Entre todo este auténtico ciclón -pues los decibeles van más allá de lo imaginable- se desprende algo parecido a un reproche bajo el título de “Con dinero”; hasta en la música quien manda según intereses personales o globales es ese poderoso caballero insustituible, se quiera o no; dicen los expertos: el dinero no es felicidad, pero debe ser hermano, primo o familiar muy cercano; como mínimo alguien muy parecido.

Para no dejar de lado la idiosincrasia ni olvidar determinada región, aparece “El corrido del Cholo”, una subcultura dentro de otra, el canto a quien se siente orgulloso de pertenecer o bien tener sentido de pertenencia no a una raza o pueblo, a una unión de segregados luchando por emerger.

La fiesta es en grande, como no se puede andar a la deriva por esta vida. Hay que implorar el cuidado de los seres superiores. Por lo mismo se prende “El Mechón”. Los sentimientos afloran cálidos por quienes están en la lejanía.

¿Fenómeno social?, ¿identificación en determinados sectores por lo que se dice?, ¿es importante?, ¡no interesa! Lo interesante es que con el viento en contra supieron navegar hasta alcanzar la orilla de una consagración en el Auditorio Nacional.