POR GUILLERMO MARTÍNEZ G.

FOTO: ERIC ESTRELLA

Durante 16 años ha narrado su vida junto al bádminton.

Una disciplina en la que Lino Muñoz encontró un confidente.

Hombre solitario y sorprendente de su sagacidad.

Ahora tendrá un espacio en los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Su pulso late aceleradamente cuando se le menciona Brasil.

“Es un sueño que esperaba se cumpliera. Desde muy niño supe que existían los Olímpicos. Pero fue cuando cumplí catorce años en que definitivamente elegí el bádminton como parte de mí. Es cumplo la meta pero quiero más, espero tener una participación destacada y poner el nombre de mi país en alto”.

Lino creció en el deportivo Chapultepec.

Ahí encontró amigos, familia, pasión por el deporte.

Enérgico a la hora de competir.

Humilde cuando le preguntan sobre su deporte y sus anhelos.

“Mi objetivo es estar entre los primeros 16 del mundo, después avanzar en cada grupo. Será complicado pero espero que esta clasificación a los Olímpicos sea un parámetro y que en los próximos Juegos vaya con un objetivo”.

Muñoz Mandujano desde que encontró secuencia en el bádminton, ha sido su portavoz principal.

Tanto en individual, como en singles y mixtos, siempre al frente.

“Mi trabajo es lo que me ha dado esta experiencia de llegar a Río. Sabía que se iban a dar las cosas porque quedé rankeado en el número 36, de 41 posibles boletos. He tenido una buena preparación, aunque se han ido los entrenadores por cuestiones de trabajo. Pero eso nunca me desanimó”.

Ahora viene lo mejor donde deberá aterrizar muchas cosas que han pasado en su mente.

“Lo que sí es que nunca había estado tan motivado en mi vida como ahorita. Mis papás estarán conmigo en la competencia, y por ello me siento muy orgulloso. Si no me hubieran dado la confianza de elegir lo que deseaba, de darme su voto de confianza, creo que no estaría aquí. Por eso digo que es un sueño en conjunto”.

Ahora se va a entrenar con Marcos Vasconcelos, quien es el entrenador de la selección de Brasil.

Lino competirá del 12 al 16 de agosto.