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Mira

20, julio 2016 - 10:54

┃ ESTO

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El caso de la capitalina Alejandra “Tigre” Jiménez debe ser considerado de manera especial, ya que primero bajó de 140 a 90 kilos, es decir, pasó a ser de una chica con mucho sobrepeso a alguien con físico atlético, siempre con base en ejercicio y un indispensable régimen dietético, y entonces descubrió que tenía grandes aptitudes para dedicarse a la disciplina de los puñetazos.
Ni ella imaginó que en calidad de novata que sumaba sólo cinco pleitos como profesional, en los que nunca había recorrido más de cuatro asaltos, se convertiría en invicta campeona universal de peso completo del organismo más prestigiado como es el WBC.
Al acudir al Martes de Café que se trasladó a la Aldea Digital Telmex Infinitum, en el Zócalo de la Ciudad de México, “la garruda boxeadora” nos reiteró su deseo de conquistar una segunda corona del mundo en distinta división, que sería la de peso crucero (tope de 90.719 kilogramos).
“Sí, quiero defender mi título de peso completo una o dos veces y bajar de división para buscar un segundo campeonato. Mientras mi nutriólogo no me diga que sacrifico músculo ni nada, seguiremos trabajando en ese proyecto”.
Alejandra indicó que existe la posibilidad de que pelee en Alemania, y también de entrar en una de las carteleras de K2, que dirige Tom Loeffler, el promotor de Gennady Golovkin, con quien platicó en su reciente visita a la Embajada de Kazajistán en la Ciudad de México.
Al mencionar a su hija Ailime, aseveró: “Es mi fuerza, me apoya mucho, por ella pongo todo mi esfuerzo en lo que hago”.
La mamá-campeona trabaja “medio tiempo” en su especialidad de chef, para lo cual cuenta con la anuencia de su entrenador, Alberto Segura, para modificar los horarios cuando su actividad como experta en cocina se lo exige. (José Luis Camarillo)

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