POR HÉCTOR REYES

FOTOS: ERIK ESTRELLA

LA abanderada para los Juegos Paralímpicos de Río 2016, Nely Miranda, dijo que sin duda es un orgullo y un honor el portar la enseña nacional, pero sobre todo una responsabilidad muy grande, experiencia que no desconoce, porque tuvo la misma distinción para los Juegos Parapanamericanos de Toronto 2015.

La embargan sentimientos encontrados, dijo sentir alegría y nostalgia, en los que serán sus segundos Juegos Paralímpicos y la responsabilidad que conlleva el portar la bandera, así como refrendar el trabajo que hizo en Beijing.

Las palabras de apoyo del presidente Enrique Peña Nieto respaldan los resultados que pudieran obtener. Nely no asistió a los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 debido a que eliminaron su clasificación.

En los últimos ocho años, desde su primera participación paralímpica, la veracruzana mejoró la movilidad de ambos brazos y dentro de algunas alternativas que ha buscado se sometió a un tratamiento de células madre, aunque no mejoró lo que esperaba.

“No me desesperé, desgraciadamente mi lesión esta, yo busqué por muchos medios una recuperación mucho más notoria, no se ha dado como yo he querido, pero no me desespero, todo tiene su tiempo, lo he dicho y lo seguiré diciendo y de no ser así seguirá dando lo mejor de mí en cada momento de mi vida”.

Ayer por la noche, después del abanderamiento viajó a Tenerife, España, para continuar con su preparación rumbo a Río, donde participará en cuatro pruebas, en la de 50 metros libres S3, es dueña de la marca mundial recién lograda en el Abierto de Canadá.

Por su parte, la abanderada olímpica o de deporte convencional Daniela Campuzano, previo a la ceremonia declaró que estaba muy contenta, nerviosa, pero con el disfrute de lo que ello representa.

Al final del acto, abandonó el recinto junto con sus abuelos que la acompañaron en tan importante distinción.