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24, julio 2016 - 10:31

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Nota-Toros-Zotoluco-

POR MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

ENVIADO ESPECIAL

Como pocas veces una corrida de toros se llevó a cabo al mediodía. Esta vez las inclemencias climatológicas de un día antes así lo obligaron. Toreros, empresa y público tuvieron que aguardar 20 horas para retomar el desarrollo del festejo taurino donde se despedía el maestro Eulalio López “Zotoluco”; gracias a la buena voluntad de todos, el acuerdo fue común para signar el festejo para cuando el sol está en su cenit. Y vaya que si lo estuvo, mientras que el viernes el cielo se caía en agua, ayer el astro rey se sintió a plomo. Al final, todos felices con el resultado.

Tras el paseíllo, se le entregó a “Zotoluco” un reconocimiento, como constancia de esta tarde.

Se lidió un encierro de Coyoteoec, bien presentado de variada lidia; dos buenos, dos regulares y uno de regalo parado. Los de rejones se dejaron meter mano.

COMO SOLO LO HACEN LOS GRANDES

Vaya cátedra que ofreció Eulalio ante sus dos toros, con extraordinario sitio y sobrada idea. Barba Azul fue el primero de su lote, al que lanceó con suaves verónicas. Luego con la muleta, se fue por todas al comenzar su faena de muleta de hinojos para continuar con una lúcida labor por ambos lados del toro; éste, alto como zancudo, en ocasiones no metía la cabeza como se hubiera esperado, sin embargo, cuando se empleaba, el maestro lucia mayormente y aunado a su poderío la faena fue cumbre.

Sepultó la espada hasta los gavilanes, aunque no hizo efecto, por lo que tuvo que usar el descabello y llevarse un aviso, pero también una oreja a petición.

El segundo de su lote se lo brindó al ganadero José Ángel López Lima, para de inmediato darse nuevamente a torear el maestro con sorpréndete poder, jalando del toro pese a lo parado que fue.

Sonaron las Golondrinas, mientras que Eulalio obligaba al toro a caminar, cuajando pases que calaron hondo en los tendidos, para finalmente terminar con un temerario desplante. Finiquitó su paso en Xico con una soberbia estocada para recibir la dos orejas, ante un público entregado que le gritó: !torero, torero!

FRESCA Y CERTERA LABOR

Abrió plaza el rejoneador Jorge Hernández Gárate, quien brindó su primer astado a “Zotoluco”. El caballero en plaza se lució con una labor aseada, fresca y certera; dejó fueros y palos con la mejor de las disposiciones para, al final ganar a ley una oreja.

Los forcados hicieron una magnífica pega.

En el segundo toro, Gárate nuevamente lució sobre su cuadra de caballos en todas las suertes, rejones, banderillas largas y cortas. El público le aplaudió, estuvo con él en todo momento; despachó el torero de un

rejonazo para cortar una oreja.

A MEDIO GAS

Fabián Barba, que brindó también al maestro su primera faena, no logró deshacerse de los enganchones del toro, que si bien éste no tenía una calidad absoluta en la embestida aunado al corto recorrido, Fabián mejor decidió cortar por lo sano y pedir la espada de acero para despachar a su socio.

Su segundo astado, que fue un listo, no terminó de sorprender al torero. Mal matando.

Regaló un séptimo que poco caminó, pero tras una estocada fulminante le cortó una oreja.