Una tarde más de triunfo. El matador Andrés Roca Rey abrió la Puerta Grande de Santander junto a “El Juli” y Perera, tras una faena de alto voltaje al sexto toro de la corrida. El peruano fue un manantial de poder y mando toda la tarde con un lote complejo y frente al que exhibió un gran conocimiento y sentido del temple.

Ante el primero de su lote, Roca Rey inició el trasteo muleteando de rodillas, encajado y poniendo de manifiesto su ansia de triunfo en Santander. Tras una primera parte de faena en la que predominó el toreo clásico y vertical, el espada limeño tuvo que acortar distancias al pararse el ejemplar de Domingo Hernández. En terrenos de cercanías Roca Rey se mostró apabullante y con un gran conocimiento de los terrenos y distancias oportunos en cada momento. La espada no viajó certera y el premio quedó en una ovación.

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Dos orejas le cortó Roca Rey al cierraplaza de Garcigrande, al cual le firmó un emocionante quite por saltilleras. Comenzó la faena por estatuarios de máxima quietud en el tercio para después torear sobre ambas manos con mucha firmeza, temple y serenidad. El toro echó la persiana demasiado pronto y a Roca Rey no le quedó otra vía que meterse de manera espectacular entre los pitones del toro para rematar una gran obra. Las astas del toro de Garcigrande rozaban la taleguilla del torero peruano, que tras ese espectacular epílogo de faena, recetó un sensacional espadazo que puso en sus manos el doble trofeo y que le permitiría salir a hombros por la Puerta Grande junto a sus compañeros de cartel.

Plaza de Toros de Santander. Lleno. Toros de Garcigrande y Domingo Hernández (1º y 3º) Julián López “El Juli”, ovación y dos orejas. Miguel Ángel Perera, oreja y oreja. Andrés Roca Rey, ovación y dos orejas.

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