POR GUILLERMO MARTÍNEZ

FOTOS: JORGE BARRERA

ENVIADOS

RÍO DE JANEIRO.- Los camiones olímpicos siguen vomitando deportistas de todas razas y continentes en la parada de Babel, la Villa Olímpica.

Este viernes  fue un día espectacular, brillante, donde el espíritu olímpico hermanó a los estadounidenses y a los adoloridos rusos, quienes desembarcaron juntos y caminaron por la misma senda hacia el interior del albergue.

Así se vivió la intensidad del movimiento olímpico, donde el color de la piel no importa, todos reciben el mismo trato de los voluntarios, que son amables, cordiales, con el deseo de llevar a Brasil a la cúspide de la fraternidad.

Cargando el nombre de su país en las mochilas y tatuado con orgullo en el pecho, saben que son fuera de serie, conocen que cuando salgan a competir sus pueblos los estarán admirando.

Así, frente a los medios de comunicación que han montado guardia, pasaron los representantes de Uruguay, Kenia, Canadá, Alemania, Israel, Argentina, Portugal, Paraguay, Barbados, difícil adivinar sus nombres, pero por su físico y material deportivo se sabe que son de esgrima, ciclismo, remo, etc.

Entre quienes llegaron están Es justo decir que la delegación de Estados Unidos, en la que una mujer marcó la logística, mandó a hacer atrás a la prensa y la poca gente que había en la entrada de la aduana de la Villa, donde la seguridad supervisa lo que entra en ese pueblo olímpico.

También pasaron exponentes de Japón y Corea con infinidad de productos alimenticios con que garantizan la salud de sus competidores.

Australia, su edificio luce estandartes con los colores de su bandera, el cual quedó muy vistoso. También son quienes todos los días han estado dando conferencias sus deportistas.

La bandera de Cuba también luce desde la distancia.

Los escenarios en Parque Olímpicos majestuosos, impactan cuando anochece y las luces multicolores cubren sus cuerpos, mientras alrededor selecciones de ciclistas de Alemania, Guatemala y Australia, recorren esos pasajes.