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Mira

9, agosto 2016 - 21:00

┃ EFE

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El estadounidense Michael Phelps, el deportista más laureado en la historia de los Juegos Olímpicos, agigantó este martes su leyenda al colgarse dos oros más, en una noche dorada que quedará guardada para la posteridad.

Mucho ha hecho el “Tiburón” de Baltimore en lo que serán sus últimos Juegos Olímpicos. En la primera prueba de esta noche, conquistó la la final del 200 mariposa. Una prueba que se le negó en Londres, hace cuatro años, cuando cayó ante el udafricano Chad Le Clos, que hoy se tuvo que conformar con la cuarta plaza.

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Phelps subió al podio a recoger su metal 20 y las emociones se desbordaron mientras las notas del himno de los Estados Unidos sonaban en el complejo acuático. Unas lágrimas se asomaron por sus ojos, una enorme sonrisa demostró que el deporte poco conoce de limites. Phelps regresó para ganar la prueba que más anhelaba, lo demás caerá de forma natural. Cuando bajó, se dio tiempo para pasar con su familia y compartir el triunfo con lo que sienten y vibran a su lado. Su mayor victoria, seguramente.

 

Pocos minutos después, el gigante del agua volvió a la piscina, sin embargo, ahora lo hizo acompañado del equipo de los Estados Unidos para nadar en los relevos de 4×200 libres.

Como marcan las grandes historias, el máximo ganador en los Juegos Olímpicos cerró la participación de manera contundente para colgarse su oro 21, y llegar a las 25 medallas. Una marca que se puede incrementar, pues aún quedan tres pruebas en las que Michael podrá pelear por hacer aún más grande su legado.

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