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12, agosto 2016 - 23:54

┃ AP

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NUEVA YORK, NY (AP).- Empapado por la lluvia, Alex Rodríguez preservó el buen humor en sus últimos momentos con un uniforme como jugador de los Yanquis de Nueva York.

La muy precipitada ceremonia que el equipo le preparó para su adiós del Bronx había quedado desteñida por un aguacero y ráfagas de relámpagos, pero nada de eso perturbó al bateador designado de origen dominicano.

Pero no se puede quejar con el juego al disfrutar de los vítores de principio a fin, un hit adicional y poder defender la tercera base por última oportunidad.

“La fanaticada me enseñó algo que nunca olvidaré”, declaró Rodríguez tras la victoria 6-3 de sus Yanquis ante los Rays de Tampa Bay, su último con el equipo antes que le retiren del roster activo. “Fue una noche mágica”.

Luego que su homenaje terminó con un temporal, Rodríguez bateó un doble remolcador en el primer inning, poniendo fin a una seguidilla de 11 turnos sin dar hits. Tras el contacto nítido a una recta de 96 millas por hora de Chris Archer, entre el jardín derecho-central, la afición rugió.

Fue una noche cargada de nostalgia.

Su adiós en el Yankee Stadium, en el mes de agosto, estuvo muy lejos de las elaboradas giras de despedida que la franquicia más valiosa y laureada del beisbol le ofreció a Derek Jeter y Mariano Rivera, mitos de la organización que se retiraron en el último lustro.

Con un promedio al bate raspando .200 y necesitado de cuatro jonrones para alcanzar el exclusivo club de los 700, el toletero de 41 años de edad —odiado y amado por igual— pudo al menos tener la satisfacción de un último juego en casa que contó con la presencia de su madre y dos hijas.

El legendario jonronero yanqui Reggie Jackson se encargó de acompañar a Lourdes Navarro, la madre de A-Rod. El panameño Rivera recibió tal vez la ovación más fuerte de la noche al ingresar al terreno junto a las hijas de Rodríguez, Natasha y Elle.

Cuando las gotas de lluvia arreciaron, al filo de las 7 de la noche, el acto adquirió tintes surreales. Todos se apuraban para cumplir con lo previsto, incluyendo la entrega de una almohadilla al número 13. Justo después que la voz de Paul Olden, el anunciador del estadio, retumbó por los parlantes al decir, “Alex, cumpliste 12 de tus 22 temporadas con los Yanquis”, el ruido fuerte de un trueno estremeció al estadio.

Todo duró alrededor de 10 minutos. Un cuarto de hora después, las nubes grises desaparecieron y un arcoíris apareció detrás del jardín izquierdo.

La percepción generalizada era que los Yanquis no despedían a Rodríguez con todos los honores. Lo estaban exiliando, por más que le asignaron hasta fin de año las funciones de asesor e instructor. Era su final en Nueva York dentro de una controversial trayectoria que incluyó una larga suspensión por dopaje, demandas y un campeonato de la Serie Mundial.

Relegado a la banca durante casi todo el último mes, el manager Joe Girardi puso a Rodríguez de titular en su alineación, como designado y tercero en el orden ofensivo ante Tampa Bay. Hasta lo último, Girardi se resistió a colocarle como defensor de la tercera base, pero el piloto tuvo un gesto en la parte alta del noveno.

Con los 46,459 fanáticos que colmaron el estadio y que coreaban su nombre, A-Rod corrió hacia la antesala por primera vez en 15 meses. Lo reemplazaron luego que el relevista Dellin Betances ponchó al primer bateador del noveno capítulo, para luego fundirse en abrazos con sus compañeros. Sentado en la cueva, se cubrió el rostro con una toalla, tratando de contener el llanto.

Fue su partido número 2,784 en temporada regular en las mayores dentro de una carrera que comenzó con Seattle en 1994, que siguió en Texas en 2001 y luego con los Yanquis a partir de 2004.

¿Seguirá activo con otro equipo? ¿Miami? Rodríguez no ha descartado la posibilidad. Nueva York le debe algo más de 7.1 millones de dólares en salario por lo que queda de este año y 20 millones para el próximo, en el que vencerá su contrato de 275 millones por 10 campañas.

AL HULE

MIAMI.- Carlos Rodón (3-8) cubrió six innings para conseguir su primera victoria desde el 22 de mayo, y los Medias Blancas de Chicago doblegaron 4-2 a los Marlines de Miami.

Medias Blancas colocó en la lista de lesionados por quince días, al abridor mexicano Miguel González por un problema en su ingle derecha.

SON 300

TORONTO.- Joe Musgrove trabajó siete entradas para su primera victoria en Grandes Ligas, Teoscar Hernández también se estreno con su primer bambinazo y los Astros de Houston derrotaron 5-3 a los Azulejos de Toronto, pese al vuelacerca 300 de Edwin Encarnación.

RATEROS

CLEVELAND.- Rajai Davis y José Ramírez se robaron tres bases cada uno y los Indios de Cleveland acabaron empatando su marca del club con ocho en un juego al apalear 13-3 a los Angelinos de Los Angeles.

Francisco Lindor y Jason Kipnis también consiguieron robos por la tribu, que igualó el registro que fijó el 27 de agosto de 1917 ante los Senadores de Washington. Los ocho robos permitidos son también la mayor cantidad en la historia de los Angelinos.

MÁS PARTIDOS

Atlanta 8, Washington 5; Boston 9, Arizona 4; Cachorros 13, San Luis 2; San Diego 8, Mets 6; Filadelfia 10, Colorado 6; Kansas City 7, Minnesota 3; Cincinnati 7, Milwaukee 4; Pittsburgh 5, Dodgers 1 (8); Oakland 6, Seattle 3; Texas 7, Detroit 1 (5); Baltimore 5, San Francisco 1 (7)