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15, agosto 2016 - 20:00

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POR MARCOS MERENDON

EL SOL DE PARRAL

PARRAL, CHIH., (OEM).- Tras asegurar Misael “Chino” Rodríguez la primera medalla olímpica para México, su madre entre lagrimas que jamás lograron ocultar la sonrisa, tuvo que pasar un calvario de trepidaciones emocionales que la llevaron por segundos a aislarse para recuperar fuerzas y mantener su mirada en la pantalla que la llevaba hasta Rio, donde su hijo cumplía puntual su cita con la historia.

Este lunes parecía un día común para Aurelia Olivas. Salir de mañana temprano para trabajar en la empresa Telmex. Sin embargo ella sabía que algo marcaría la diferencia, el tiempo fue transcurriendo, la mañana se hizo intensa y llegada las tres y media de la tarde, la actividad tuvo una pausa activa.

En las pantallas del área de atención al público, donde ella trabaja, salía al cuadrilátero un viejo conocido de la señora Olivas, su hijo Misael, el pequeño “chino” que varios de sus compañeros y compañeras conocían desde que era apenas un pequeño.

La emoción de Aurelia fue contagiosa, en instantes broto espontanea la vibra que genero un gran ambiente que se prolongó por más de doce minutos que duró la pelea. Cada uno de los tres rounds fue seguido palmo a palmo, dejando escapar las emociones.

Al timbrar la campaña que daba por finalizado el último round, los segundos se hicieron más largos, el veredicto desbordaron las inquietudes guardadas hasta ese momento, las expresiones de júbilo, anunciaban la victoria del Chino, la de su madre, la de Parral y México obtenía un respiro en el medallero de Rio 2016.

Tras 3 rounds de pelea de Misael “chino” Rodríguez Olivas fueron trepidamentes, hasta de coraje y desanimo, por el golpe bajo que recibió de su rival el egipcio Hosam Abdin. El triunfo lo borra todo, ahora el “chino” ya está en las semifinales de boxeo en los 75 kilogramos.

Su madre Aurelia Olivas, entre lágrimas las que nunca lograron ocultar su sonrisa, atendió la entrevista hecha por el Sol de Parral y espontanea dijo: “me siento muy “felizota”, por el logro de mi hijo, esto se lo merece él, por todo el trabajo y esfuerzo, que ha hecho”. No era para menos, el muchacho de la colonia Kenedy rompe el ayuno de casi cuatro ciclos olímpicos sin medallas en la disciplina del boxeo para nuestro país.

“Mi hijo es el primer atleta mexicano en conseguir una medalla, todavía no se la dan, pero ya la aseguró, no solo es un orgullo de Parral, sino nacional, y eso me llena de orgullo, nadie creía en él, me lo han tratado muy mal, pero gracias a Dios que lo logró”.

LA PELEA

Aurelia, vivió el combate con enojo y nervios, “el otro competidor era muy mañoso, le pegaba en la cabeza por atrás, y hasta un golpe bajo, quería entrar a la pelea, y darle al egipcio, pero al final mi hijo saco la casta de parralenses”, explicó.

Asimismo detalló, “Después del primer round, me fui a encerar a un cuarto, para llorar, agarrar fuerzas, respirar y salir otra vez para verlo por las pantallas que tenemos en Telmex, no hallaba si llorar o gritar, pero en todo tiempo oraba por mi hijo”.

Para el segundo y tercer round, la emoción era muy fuerte, y la madre del “Chino”, vibraba junto con sus compañeros, los nervios estaban a tope, por momento gritaba mientras que los demás trabajadores le daban palabras de aliento.

LA CELEBRACIÓN

Cuando le levantaron la mano, que le daba el triunfo, fue un momento de felicidad desbordada, laS lágrimas no dejaban de salir, y las personas, no dejaban de felicitarme, fue un momento, sensacional, aseguró.

Además agregó que espera que de lo mejor de sí en la próxima pelea, para que busque la medalla dorada, pero si no la consigue, para mí ya es suficiente lo que ha conseguido, incluso que haya llegado hasta los juegos olímpicos en rio de janeiro Brasil ya es un logro, son triunfos, que él ha acumulado, gracias a su trabajo y empeño que pone diariamente