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Mira

16, agosto 2016 - 15:23

┃ EFE

Nota-Fut.-Suecia-

Suecia elevó este martes el listón de historia futbolística al clasificarse por primera vez a la final del fútbol femenino de los Juegos Olímpicos con un golpe maestro que podría llamarse ‘Maracanazo’, pues la víctima fue la selección brasileña en una tanda de penaltis que perdieron por 3-4.

Las brasileñas buscaban el acceso a la final en busca de una medalla de oro que les resulta esquiva. Tendrán que conformarse con la lucha por el bronce este viernes frente a la perdedora de la otra semifinal entre canadienses y alemanas.

Suecia, que no había alcanzado un podio olímpico en el fútbol femenino, ahora busca todo el botín en los Juegos de Río de Janeiro.

Las suecas, con un estilo de juego defensivo que viene siendo discutido desde que la estadounidense Hope Solo las llamó “cobardes” tras caer ante ellas en las semifinales, dejaron que todo el desgaste lo hicieran las anfitrionas.

Sin goles, la serie debió ir a la prórroga y por no haber variaciones en el resultado, a la tanda de penaltis donde la guardameta Hedving Lindahl terminó convertida en heroína al detener dos lanzamientos.

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Cristiane y Andressinha fueron sus víctimas.

La capitana Lisa Dahlkvist firmó el decisivo y la celebración en un estadio Maracaná que fue colmado por unas 65.000 personas, hecho sin antecedentes en la recepción de partidos de selecciones femeninas, terminó siendo de un pequeño grupo de suecos.

Antes del decisivo lanzamiento de Dahlkvist habían marcado Lotta Schelin, Caroline Seger y Nilla Fischer.

Por Brasil marcaron Marta, Andressa Alves y Rafaelle. A Kosovare Asllani la brasileña Bárbara le atajó el lanzamiento.

Noventa y cuatro minutos jugados en el tiempo reglamentario y treinta minutos de una prórroga fue el precio pagado por dos selecciones que llegaron a las semifinales tras superar una exigencia similar en los cuartos de final.

Las brasileñas, que debutaron con goleada de 3-0 a China y en la segunda jornada vapulearon a esta misma selección de Suecia por 5-1, se olvidaron de marcar en los tres partidos siguientes contra Sudáfrica en el cierre de la fase de grupos, frente a Australia en cuartos de final y hoy.

Suecia por contra, se dio el lujo de llegar a esta cita con apenas tres goles marcados: 1-0 a Sudáfrica en el debut, 1 a Brasil en la segunda fecha, y otro a Estados Unidos en el 1-1 de cuartos de final, que ganaron por penaltis por 4-3.

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Las Blagult hoy entregaron a las brasileñas el balón y la cancha de un escenario con una humedad que rondaba el 66 por ciento y en el que el sol calentaba a 26 grados.

Las anfitrionas presionaron, primero por las bandas a través de Andressa Alves y Beatriz, y ante la rocosa defensa montada por Pia Sundhage el librillo del técnico Vadao pasó al capítulo de los pelotazos aéreos.

No fue una alternativa feliz dada la talla de las centrales Nilla Fischer y Linda Sembrant, aunque la excepción de la regla ocurrió cuando la delantera Debinha saltó más que las demás y obligó a la portera Hedving Lindahl a sacar de una palmada el balón por encima del horizontal.

Corrían los 20 minutos cuando la capitana Marta entra en acción a partir del callejón derecho en el que puntualmente le esperaba Elin Rubensson.

Los minutos finales del primer tiempo fueron de mucha tensión para la lateral zurda, que no encontró la forma de parar a la mejor futbolísta del mundo durante 5 temporadas seguidas a partir de 2006.

De tantos desbordes tan vistosos como estériles para mover el marcador, Marta se apagó antes del fin del primer tiempo y las brasileñas no tuvieron más recurso que apelar a la medida distancia aunque los sucesivos remates de Beatriz, Andresa Alves, Formiga y Bebinha pasaban lejos del objetivo o morían mansos en los guantes de Lindahl.

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El primer tiempo terminó con un 71 por ciento del control del balón por las brasileñas y 15 remates a la portería por apenas dos de Suecia.

La segunda parte, una copia de la primera, apenas produjo más desgaste en las locales y un exitoso trabajo defensivo del conjunto escandinavo.

La hinchada, que hoy estableció un auténtico récord de asistencia al Maracaná en partidos oficiales de un torneo femenino, con 66.000 personas, comenzó a entonar gritos de apoyo.

“¡Alo, Marta, ¿dónde estás? Yo vine aquí solo para verte!”.

O el esperanzador “Yo acredito”.

El dominio de las jugadoras de Vadao no desfalleció a pesar del cansancio que comenzó a notarse sobre el fin del tiempo reglamentario, y que se evidenció con 28 jugadas ofensivas sobre el área de las suecas por tres ataques de visitas de ellas a los pagos de Bárbara.

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