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Mira

17, agosto 2016 - 11:16

┃ Héctor Reyes

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De jugador de futbol americano a lanzador de martillo y finalista de los Juegos Olímpicos de Río 2016, el regiomontano Diego del Real, con una marca de 75.19 metros, se instaló en el quinto puesto y el viernes a las 21 horas tendrá una nueva cita con la historia.

Es el primer mexicano clasificado olímpico en esta especialidad y con las marcas realizadas todo puede suceder en el campo del Estadio Olímpico de Atletismo.

Hace un año nadie conocía el nombre de Diego del Real, un apasionado del deporte de las tacleadas y de herencia familia. En su adolescencia, sus hermanos lo llevaron al equipo de atletismo de la Universidad Autónoma de Nuevo León para que se ejercitará y tuviera más fuerza para jugar en los emparrillados desde adolescente, lo adoptó el cubano Alejandro Laverdesque que tiene a una joya bajo su dirección.

El atletismo transformó la vida de Diego y con poco tiempo de preparación logró participar en los primeros Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur. No ganó medalla, pero en la ronda de consolación realizó el mejor lanzamiento de la competencia.

Es el segundo más joven de la competencia olímpica, detrás del exponente de Qatar, Asheaf Amgad Elseify, con el perfeccionamiento técnico, se ha convertido en un deportista de proyección, en el nuevo rostro del deporte mexicano, con una mejor marca de 77.47 metros.

Diego, pequeño en edad, tampoco es el más pesado, ni el más alto con una estatura de 1.88 metros y 100 kg, en Río de Janeiro, su nombre llamó la atención de los expertos. Esta vez el campeón olímpico y mundial, el polaco Pawel Fajdek tuvo como mejor registro 72 metros y fue marginado de la fiesta grande y ninguno de los concursantes rebasó la barrera de los 80 metros, en una mañana soleada, ideal para la práctica de este deporte.

Las desventajas que pudiera tener Diego, las compensa con una depurada técnica y un trabajo psicológico que lo tiene en un perfecto equilibrio. El primer turno, el más difícil en la presentación olímpica, en Diego fue para soltar la presión y lanzó el martillo a 73.20 metros de distancia para instalarse en la séptima posición.

Ya había terminado el grupo “A” y Diego, con su uniforme de los colores de México, sus tradicionales lentes de sol, tomó el martillo y giro con potencia, pero no con la intensidad a tope, para obtener la marca que lo llevó a su primera final olímpica (75.19) y se ubicó en el cuarto sitio.
Cometió una falta en su tercer intento feliz por haber alcanzado su primera final olímpica, en el segundo lanzamiento sabía que lo había logrado. Diego del Real se colocó en el segundo puesto detrás del bielorruso de 40 años Iván Tsikhan, quien tiene como mejor registro 84.51 metros, en el orden de salida del próximo viernes.

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