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Mira

17, agosto 2016 - 13:22

┃ EFE

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POR LUIS GARCÍA OLIVO/ ENVIADO

RÍO DE JANEIRO.- El rey de la fiesta no tuvo quién lo eclipsara en su propia catedral.

Categóricamente, Brasil goleó cómodamente y con autoridad a Honduras, rival que en ningún momento fue capaz de despeinar a Neymar y compañía. Los pronósticos se cumplieron, los anfitriones fueron amos y señores, resultaron ser una aplanadora y la mejor versión de su “jogo bonito” lo mostraron hasta Río, aunque enfrente estuvo un catracho que inmediatamente comenzó a morir a los 15 segundos con el gol de Neymar al ser el más rápido de la historia olímpica.

Con media docena de goles dieron muestra de que van por el oro, no les interesa otro puesto en el podio, ambicionan completamente ese metal que se les ha negado durante años, y hoy cuentan con una buena oportunidad para conseguir el objetivo en casa y ante su pueblo, título que les falta dentro del inmenso palmarés.

EL JUEGO

Brasil inició completamente enchufado en busca de pagar sus múltiples deudas con el pueblo. Hoy no las merece como anfitrión que nuevamente es, ahora de los Juegos Olímpicos.

Consciente de la presión y obligación que representa llegar a la final y colgarse la medalla de oro, título faltante en las vitrinas brasileñas, Neymar y compañía no esperaron hasta el complemento para matar al rival.

A segundos del juego labraron la senda al triunfo, el camino al oro que dejó vacante México tras su eliminación. Si bien un día antes las féminas batallaron en la contundencia, por la representación varonil ese mal no iba a afectar.

Así que al segundo 15 y flagrancia con el nerviosismo catracho, Neymar puso el 1-0 y se convirtió en el anotador más rápido en la historia de los Juegos Olímpicos.

Tras el gol de vestidor la Honduras de Jorge Luis Pinto nunca se pudo levantar, el duro golpe tapó sus salidas y les impidió desenvolverse con claridad en el terreno de juego. Además el público hizo su rol y pesó en el Maracaná.

Brasil despertó con el pie derecho, todo le salía, encontraba huecos y por ahí fincaba el peligro, como fue el caso de Gabriel Jesus que hizo lo que quiso, ya fuera con ambos perfiles. Así que solamente aprovechó los “bombones” que le filtraban para poner el 2-0 ante un buen cruce hacia el meta Luis López.

Honduras, perdida, daba varias facilidades a nivel defensivo y éstas no las desaprovecharía Brasil y menos Gabriel Jesus, que a diez minutos de finalizar la primera mitad se fue con doblete. Por sector izquierdo encontró la llave y ya dentro del área engañó para matar por completo las aspiraciones catrachas, a quienes les resultaba imposible crear una opción de gol.

El graderío lo gozaba, sanaba un poco las heridas que la femenil le dejó, pero no al grado de olvidar la exhibición a la que fueron expuestos en el 2014 con el 7-1 de Alemania. Hoy es otra la historia, la gente lo sabe y simplemente está ilusionada en bañarse de oro en su propia casa.

Por ende y para cumplir dicho deseo, los amazónicos arrancaron el complemento con el cuarto gol de la tarde. Ahora Marquinhos anotó frente a una fría marca hondureña que los descuidó en todo momento.

Con el marcador tan abultado, los cambios hicieron su aparición, el técnico Micale le dio salida a los hombres que fueron altamente exigidos y causó que el partido bajara en intensidad. El balón ya se disputaba a mitad de cancha y por mínimo que parezca, Honduras ya salía hasta esa zona. No más, seguía sin llegar y estaba timorata con tanta playera amarilla y la presión de los once brasileños en el terreno de juego.

El equipo local lo hacia ver fácil, sin tener un franco peligro, descontaba con el 5-0 en obra de Luan gracias a una jugada de conjunto entre Felipe y un largo pase de Douglas. Herida de muerte, Pinto sabía que todo estaba perdido y ahora tendrá que levantar a su equipo en pro de la medalla de bronce.

No obstante, el silbante decretaba penalti al minuto final y Neymar se encargaba de bajar el telón con gol, el sexto de la tarde. Fin a la goleada brasileña sobre la hondureña. Ahora van por el oro.

 

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