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18, agosto 2016 - 14:10

┃ EFE

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Río de Janeiro, 18 ago (EFE).- Alistair Brownlee volvió a salir triunfador de la cita olímpica en Río, tal y como sucedió cuatro años atrás, para convertirse en el primer atleta de triatlón conquistar dos medallas de oro consecutivas.

El triatleta de Dewsbury, de 28 años, auxiliado casi siempre por la sombra de su hermano Jonathan, de 26, alcanzó la meta a orillas de Copacabana con ritmo pausado, la bandera británica en la mano, con una superioridad aplastante. Para dar tiempo a la llegada de Jonathan y celebrar en su compañía el nuevo éxito.

Cuatro años atrás, Alistair supo lo que era la cima del podio. Jonathan fue bronce. Entre ambos, Javier Gómez Noya, lesionado pocos días antes de la cita olímpica. La baja del español ha dado vía libre a los Brownlee, que gestaron una carrera a su antojo en Río.

Año tras año los Brownlee aderezan su historia. Los Juegos encumbran a Alistair, encumbrado definitivamente por el podio.

Ha ganado dos medallas de oro en el Campeonato Mundial de Triatlón, en los años 2009 y 2011, y cuatro medallas en el Campeonato Europeo de Triatlón entre los años 2009 y 2014.2

Alistair añade Río a su condición de doble campeón mundial y triple oro europeo. El mayor de los hermanos británicos ofreció una exhibición en Copacabana, donde manejó de principio a fin la carrera a su antojo. No dio opción a la sorpresa. A que la magia olímpica alterara el orden establecido. Alistair se adueñó de la tradición de un deporte que aún da sus primeros pasos en el calendario olímpico desde que fue puesto en escena en los Juegos de Sydney, en el 2000.

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Jonathan, otra vez hizo de escudero. Entre ambos han establecido cierto absolutismo en el concierto mundial de este deporte. Han firmado seis ‘dobletes’ en pruebas de las ‘World Series’ -entre ellos los dos de este año en Leeds, su casa; y Estocolmo- en las que han subido once veces juntos al podio.

Todo salió como estaba previsto en la estrategia. Dinamitaron la prueba desde el inicio. Desde el agua, donde establecieron sus primeras ventajas, y después se hicieron fuertes, inalcanzables, sobe las dos ruedas. La carrera a pie del final sirvió para sellar una superioridad advertida.

Los hermanos Brownlee han impuesto su ley en el triatlón olímpico. Desde que nació, dieciséis años atrás en Australia, han acaparado el podio desde que pusieron en marcha su condición en los Juegos. En Sydney, el canadiense Simon Whitfield logró el oro, el alemán Stephan Vuckovic fue plata y el checo Jan Rehula se apoderó del bronce.

Ninguno repitió éxito en Atenas, donde Nueva Zelanda impuso su dominio. Hamish Carter subió a lo alto del cajón y su compatriota Bevan Docherty, uno veterano dominador, fue segundo. El suizo Sven Riederer se llevó el tercer lugar.

Solo Docherty repitió en Pekín para ser bronce y el canadiense Whirtfield regresó entre los elegidos para ser plata ocho años después. El alemán Jan Frodeno se proclamó campeón olímpico.

Fue la edición anterior a la puesta en escena de los hermanos Brownliee. Alistair fue el mejor en Hyde Park de Londres 2012 y Jonathan entró tercero. Gómez Noya entre ambos.

Ahora, en Río, no ha habido discusión ni debate sobre el dominio. Uno y otro amasaron la prueba para firmar un nuevo éxito. Un doblete que secundó el sudafricano Henri Schoeman. EFE

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