Río de Janeiro, 19 ago (EFE).- En un duelo que se ha convertido en todo un clásico de este deporte en los últimos años, la selección brasileña hizo historia al clasificarse para su cuarta final olímpica consecutiva tras imponerse con claridad, por 0-3, a una Rusia que ya no podrá defender su título de vigente campeona.

La actual campeona olímpica y Brasil, que ganó la medalla de plata en los dos últimos Juegos Olímpicos, regalaron a los aficionados un duelo intenso y lleno de fuerza en el que los locales se tomaron la revancha de la final de los Juegos de Londres 2012 y eliminaron a sus rivales con parciales de 21-25, 20-25 y 17-25.

Tras la victoria de hoy, Brasil, jugará su cuarta final consecutiva que tendrá lugar contra Italia este próximo domingo. Ese mismo día, Rusia se enfrentará contra los Estados Unidos con el objetivo de colgarse la medalla de bronce al cuello.

Desde la primera manga ambos equipos ofrecieron un espectáculo de fuerza en el que la puntuación avanzaba, principalmente, a consecuencia de los rechaces en el bloqueo.

En el primer set, ni los brasileños ni los rusos eran capaces de generar jugadas elaboradas y se alternaban la ventaja en el marcador, hasta que una jugada de raza de Lipe, que se lanzó al suelo de cabeza para salvar una bola, pareció dar alas a su equipo y encendió los ánimos de un Maracanazinho que se encontraba a rebosar.

Con una gran actuación tanto de Lipe como de Lucaralli, dos jugadores que hace sólo dos días se encontraban con molestias, los vigentes subcampeones olímpicos se acabaron adjudicando el primer set.

El comienzo del siguiente período volvió a ofrecer una reñida disputa entre dos equipos que hace cuatro años protagonizaron una inolvidable final en la que Rusia se acabó llevando el oro tras verse dos sets por detrás de los sudamericanos.

Los europeos dominaban el marcador pero no llegaban a escaparse, lo que dio la oportunidad a los brasileños de revertir la situación mediada la manga.

La vigente campeona olímpica tenía enfrente a la mejor Brasil de todo el torneo, sólida en defensa y efectiva en ataque.

Un buen bloqueo de Mauricio dio una ventaja de tres puntos a los locales cuando la manga llegaba a su final, lo que llevó al técnico Vladimir Alekno a solicitar un tiempo muerto con el fin de enfriar el buen momento de Brasil.

La medida no surtió efecto y, pese a la entrega del combinado ruso, los locales acabaron sellando su segundo set a favor.

Los anfitriones desplegaban un juego basado en su potente servicio ante el que la defensa rival poco podía hacer.

Esta táctica tampoco dejaba mucho protagonismo al emblemático Serginho, el único jugador del combinado brasileño que sabe lo que es colgarse una medalla de oro olímpica al cuello tras su participación en los Juegos de Atenas 2004.

Los europeos ofrecieron su mejor cara al comienzo de la tercera manga, lo que les permitió tomar la iniciativa.

Pero la irrupción de Lucas, mediada el período, llevó a los actuales número uno del ránking mundial darle la vuelta al resultado.

Un parcial de cuatro puntos a favor fue celebrado por los jugadores brasileños y por la afición local como si la presencia en la final ya estuviera garantizada. Y en efecto lo parecía

Comenzó entonces una escalada hacia la victoria por parte del equipo dirigido por Bernardo Rezende ante el que un combinado ruso que se mostró impotente y que acabó claudicando por la mayor ventaja registrada en todo el partido, 17-25.

– Ficha técnica:

0. Rusia: Sergey Grankin, Sergey Tetyukhin, Artem Volvich, Maxim Mikhaylov, Alexander Volkov, Egor Kliuka, Alexey Verbov (líbero) -equipo inicial-, Igor Kobzar, Kostyantyn Bakun y Artem Ermakov.

Entrenador: Vladimir Alekno.

3. Brasil: Bruno, Wallace, Lipe, Mauricio, Lucas, Lucarelli, Serginho (líbero) -equipo inicial-, William y Evandro.

Entrenador: Bernardo Rezende.

Árbitros: Juraj Mokry (Eslovaquia) y Vladimir Simonovic (Serbia).

Parciales: 21-25, 20-25 y 17-25.

Incidencias: Partido de semifinales de los Juegos de Río 2016, disputado en el Pabellón Maracanazinho, de Río de Janeiro, ante unos 11.400 espectadores.