POR HÉCTOR REYES

La triple medallista olímpica de taekwondo, la sinaloense María del Rosario  Espinoza no se retira y su continuidad dependerá en mucho de los resultados que obtenga dentro de los próximos cuatro años que tendrá su punto culminante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

“Sí, es algo que no tengo definido, no me he podido ir de vacaciones por los compromisos que he tenido y creo que con el tiempo, con el ciclo ahí me va a ir diciendo”, declaró la deportista que cumplirá el 29 de noviembre, 29 años, y además a lo largo de su carrera no ha sufrido alguna lesión seria.

Este jueves en la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA) entregó reconocimientos y estímulos económicos a los militares -deportistas encabezados por la subcampeona olímpica-, quienes le hicieron la solicitud al general Salvador Cienfuegos de un posible ascenso el próximo 20 de noviembre.

“Muy agradecida con el Ejército Mexicano por todo el apoyo, nos han invitado a diversas actividades y muy contenta al compartir lo que es este logro con todas las personas que son parte del Ejército”, mencionó María, quien sostuvo una charla con el titular de la SEDENA.

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“Cada uno de los que fuimos a los Juegos Olímpicos tuvimos la oportunidad de hablar con el General Cienfuegos, sobre todo agradecerle por todas las atenciones que ha tenido con nosotros, está dispuesto a apoyarnos con los servicios médicos para nuestras familias y compartir la felicidad del logro y contentos de pertenecer al Ejército”.

No ha descansado desde que regresó de Río de Janeiro, el pasado domingo tuvo diversas actividades en su  natal Sinaloa. Primero, un homenaje del gobernador Mario López Valdez y su esposa Sofía Carlón, junto con su compañera de equipo Itzel Manjarrez, cuarto lugar olímpico.

Ambas especialistas de taekwondo, develaron una placa digital con sus imágenes, en un nuevo el Parque Temático dentro de la sección de deportes.  María se trasladó a Guasave, dónde le entregaron las llaves de la ciudad y por último  llegó a La Brecha, el pueblo que la vio crecer.

“Muy contenta con toda la gente que asistió, fue un día especial por el reconocimiento a las abuelitas,  y había mucha gente dándome  muestras de cariño y estoy agradecida con todos ellos”. Le recordamos la idea del Museo dedicado a ella y respondió.

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“Es una idea que  tengo de hacer un Museo cuando decida retirarme y proponerlo a mi estado, todavía no sé ni cuando termine mi carrera”, apuntó la histórica deportista que ostenta el grado de Cabo y persigue la marca de cuatro medallas olímpicas del fallecido clavadista Joaquín Capilla.

Ahora también tendrá la posibilidad de volver a ganar el Premio Nacional de Deportes 2016.

“Ha sido un año redondo, tanto en la competencia como en lo personal, me siento muy contenta y agradecida con Dios por este año tan extraordinario que he pasado, la verdad que el ciclo no fue nada fácil, fue remontando poco a poco”. En este 2016, conquistó todos los Abiertos en los que participó, con excepción de Alemania y los Juegos Olímpicos, donde ganó preseas argentas.