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1, septiembre 2016 - 22:29

┃ Luis García Olivo

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SAN SALVADOR.-El tiempo ha pasado y la herida contra Chile aún duele. Por ello, Juan Carlos Osorio ha esperado con ansias el juego contra El Salvador. Sabe de la afrenta que lo antecede, del fracaso que lo ingresó a la historia del Tricolor y de la deuda que hoy lo tiene frente a una nueva oportunidad para levantar el orgullo y recobrar la confianza.

Así que en la primera conferencia de prensa luego de lo ocurrido en Santa Clara, California, litiga por la reacción, la palabra clave e inspiradora para este par de encuentros de la fecha FIFA de septiembre, primero contra El Salvador.

“Hemos esperado con mucha paciencia el juego”, en donde lo vital y como la vida misma es “de nunca volver a fracasar o caerse, hay que pararse lo más rápido posible y fuerte”.

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Por ende, “esperamos la reacción del equipo, porque los entrenamientos y con las reuniones que hemos tenido se nota que el equipo nuevamente tiene ese espíritu combativo y si le sumamos a la calidad de los jugadores vamos a tener un buen juego”.

El duelo contra El Salvador significa “una gran oportunidad para todo el grupo”.

“Mostrar la reacción y con el potencial de los muchachos tenemos más posibilidades de ganar, esos dos factores, jugar bien, ganar y frente a un digno rival, más que tres puntos es una bonita oportunidad con nosotros, la afición y la gente ligada a la Selección”, sostiene Osorio, completamente sereno.

De paso, espera encontrar a esa Selección que en su momento fue imbatible en diez partidos bajo su mando. “México demostrará un gran nivel y que los resultados de los diez juegos previos a ese último episodio fue algo de lo que aprendimos. A partir de ahora el equipo será muy competitivo, como lo fue anteriormente”.

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Personalmente asegura que no hay temor por volver al banquillo de la Selección, menos a un partido de futbol y frente a un Cuscatlán que hervirá de pasión a favor de La Selecta y que irá en contra del Tricolor.

“La felicidad va directamente relacionada con el temor o no temor, pensamos en todo el amor por ganar, y no temor a perder, porque de perder cualquier equipo puede hacerlo, creo que más allá de perder es la reacción del grupo”.

Además, “la presión se la genera el individuo con la vocación y el equipo que representamos, es una responsabilidad inmensa y nos queda dar lo mejor de nosotros”, finaliza.