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2, septiembre 2016 - 21:20

┃ José Ángel Rueda

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POR JOSÉ ÁNGEL RUEDA

A lo largo de 75 años, han pasado por el ESTO grandes plumas. Periodistas que con el poder de la palabra han sido capaces de reflejar las historias que el deporte demanda. Sin embargo, hay otros que desde su imaginación se inventaron nuevas formas de expresión, tal es el caso de Don Ángel Rueda, el decano de la caricatura deportiva, quien desde su cartón diario supo retratar la realidad con un humor y sentido crítico excepcional.

Don Ángel Rueda llegó al ESTO en 1978 y de ahí no salió nunca más. A través del curioso “Aquiles” y el inolvidable “Diente”, como se llamaban sus personajes, dibujó en sepia el acontecer del futbol mexicano y los principales eventos deportivos. Haciendo de la caricatura su principal arma para criticar cuando era necesario, pero también para elogiar cuando la situación lo ameritaba. 

Desde muy pequeño descubrió que lo suyo era la pintura y con esa misión soportó los embates de la vida. Porque hay que decirlo, no todo en su vida fue sencillo. Catalán de nacimiento, se vio obligado a dejar su tierra debido a la Guerra Civil Española. En 1939 tomó un barco desde Francia y tras un largo viaje por el Atlántico llegó al Puerto de Veracruz. Acompañado de su madre y su hermano Recaredo y con tan solo unas maletas repletas de creatividad, comenzó su andar en México, país que en palabras de Don Ángel lo amamantó y le dio cobijo cuando más lo necesitó. 

Sus primeros pasos en el mundo de la caricatura se remontan a su adolescencia. Cuentan que un buen día se acercó a una revista taurina para ofrecer sus cartones, el pago no sería problema, con dejarlo ver los toros fue más que suficiente. Y así comenzó una historia que por momentos tomó rumbos distintos, sin embargo, siempre las aguas retomaron su cauce. Por cuestiones del destino y ante la necesidad de cubrir los requerimientos de una familia que crecía, incursionó en el mundo del diseño de muebles y ahí construyó también una gran carrera. 

De manera simultánea, colaboró en incontables publicaciones hasta desarrollar un estilo propio, un estilo que sobra decir, alcanzó sus mejores años en las páginas del Diario de los Deportistas, al que llegó a finales de los setentas, de la mano de Guillermo Chao, y en el cual se convirtió en un referente de la caricatura deportiva en nuestro país. 

Con su figura enquijotada, Don Ángel se levantaba todos los días temprano para arreglar su jardín. Cuando acaba, tomaba un baño y se iba a su estudio a dibujar por horas en un escritorio plagado de colores y plumones. Entre el olor a tinta y cigarro, unos lienzos a punto de terminar complementaban la trinchera del artista, esa desde donde se crea, se propone y  se lucha. 

Porque antes que todo, Don Ángel era un artista en toda la extensión de la palabra. Humorista como pocos, padre y abuelo excepcional, aficionado del Barcelona y del Necaxa, pero sobre todo del futbol. Un español enamorado de México. Así era Don Ángel Rueda. Es por eso que en este 75 aniversario, desde la redacción del Diario de los Deportistas, su casa por más de 24 años, lo recordamos con cariño. 

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