Raúl Jiménez no estaba al cien por ciento para el partido ante El Salvador, pero igual buscó generar peligro sobre la meta cuscatleca hasta que lo consiguió al marcar de penalti el tercer gol de la Selección Nacional. Todo un especialista para el cobro desde el manchón, de donde nunca ha fallado.

A lo largo de su carrera como profesional ha ejecutado nueve penaltis en partidos oficiales, todos han terminado en el fondo de la portería rival, y aunque algunos han sido de mayor valor que otros por lo que estaba en juego, ha manifestado una técnica tan efectiva como poco repetida.

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Después de colocar el balón, Jiménez tira unos pasos hacia atrás. Se perfila prácticamente de frente al balón. Al momento del silbatazo se tira unos pasos a la izquierda para ir sobre el balón. Entonces viene lo especial de su cobro: el atacante del Benfica nunca deja de ver al portero rival y hace una ligera pausa antes de patear el balón, espera a que el meta se lance y va hacia el otro lado.

La mayoría de las ocasiones la pausa es mínima o prácticamente imperceptible, de ahí que el engaño que hace no ha fallado y por eso la marca perfecta al cobrar los penaltis.

Todo inició en el Clausura 2013 cuando marcó el tercer gol del América en Pachuca tras engañar a Rodolfo Cota. Con las Águilas marcó otros cuatro penaltis, además del de la tanda en la final que el América ganó al Cruz Azul bajo el mando de Miguel Herrera en el Estadio Azteca.

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Con el Benfica ha convertido dos cobros, mientras que con la Selección Nacional ha anotado dos, el primero ante Ecuador en la Copa América del 2015, al vencer al meta Alexander Domínguez, hoy con el Monterrey. El segundo tanto fue el de el pasado viernes en San Salvador, con el que México selló la su quinta victoria en el clasificatorio.

En un futbol, el mexicano, que históricamente ha sufrido por los malos cobros desde el manchón penal, la calidad de Jiménez toma relevancia al tratarse de un futbolista en el que se puede confiar en este tipo de momentos gracias a su calidad comprobada.