La presión parece ahogarlos. A la mitad del pantano, Tomás Boy e Ignacio Ambriz han puesto en juego algo más que tres puntos. El vencedor se habrá llenado de oxígeno… el derrotado quedará a merced de la crítica y, posiblemente, del cese.

Luego de cargar múltiples altibajos a lo largo de su estancia en La Noria, el “Jefe” registra números decepcionantes. Apenas siete éxitos como director técnico del Cruz Azul en Liga, desde su arribo, en el Apertura 2015. Curiosamente también suma siete tropiezos. El resto, 14 empates. Todo un tormento para la sufrida afición celeste.

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Antes de que se cruzara la fecha FIFA, Cruz Azul rescató el 1-1 del estadio Jalisco. Y en la sexta jornada, su único triunfo en lo que va del Apertura 2016, 3-1 a costa del maltratado Santos Laguna. Apenas ocho puntos y el duodécimo escalón en la general. La tabla de cocientes instala a los maquinistas en el mismo sitio (12), con apenas 1.2800, por encima de Tijuana, Puebla, Jaguares, Veracruz, Morelia y Necaxa. La tendencia no implica alivio alguno. Apenas simboliza un estancamiento en la desgastante zona de descenso.

Del lado americanista, la presión corresponde más a la grandeza de la institución, ofendida tras el reciente descalabro en el Clásico Nacional frente a las Chivas. El 0-3 en contra registrado hace dos semanas en el Coloso de Santa Úrsula sacudió el tapete a Nacho, quien navega con relativa calma en el quinto lugar con 11 unidades. El sorpresivo resultado, al que se anexó un baile del odiado rival, agregó la molestia de caer en el semestre que servirá para festejar los 100 años de las Águilas.

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Una nueva caída, en el Clásico Joven, serviría para detonar una nueva campaña contra Ambriz, quien no ha gozado del respaldo de la afición azulcrema desde su arribo. El registro del estratega americanista es mucho más rico que el presentado por Tomás Boy. Nacho aporta 20 victorias, ocho empates y 13 derrotas. Estabilidad y confianza, más el reciente trofeo de la Concachampions en las vitrinas del Nido de Coapa.

Pese a lo cual, el timonel no ha tenido la confianza de los seguidores, y cada que hay un punto crítico, la tormenta compromete al director técnico, quien tras caer ante Chivas se vio forzado a prometer un título al término del año: Copa, Liga o Mundial de Clubes, son las tres opciones que tiene para cumplir con lo dicho.

Y aunque entre sí la rivalidad no implica problema alguno, la realidad apunta hacia el drama. ¿Boy o Ambriz? Esa es la pregunta.